365 DÍAS / EL DINERO Y LA FELICIDAD #MartesDeColumnas @CiroGómezL EN @Excelsior
Todo el lunes escuché y leí cosas maravillosas sobre Mario Vargas Llosa, qué alegría. Fue el último intelectual que lo que decía, importaba, me dijo el editor y ensayista Ricardo Cayuela. Enrique Krauze puso su obra literaria en las alturas de Tolstói y Flaubert. El presidente de Chile, Gabriel Boric, lo estableció como un demócrata de toda hora. En fin. No terminaré de agradecerle las tardes y noches de placer y luz que me regaló por más de cuatro décadas con sus novelas y relatos, ni las incontables ocasiones en que me reorientó con aforismos nítidos en torno de la libertad, porque, repetía, cuando la libertad desaparece es cuando la libertad de pronto resulta importante.
O la persistencia de su concepto: para los liberales no hay verdades reveladas, porque la verdad es siempre provisional. Le agradezco de sobremanera dos definiciones prácticas que mucho he usado en las más diversas circunstancias. Una es sobre el dinero, está en Travesuras de la niña mala: “El dinero da seguridad, te defiende, te permite gozar a fondo la vida sin preocuparte por el mañana. La única felicidad que se puede tocar”. La otra es sobre la felicidad, en Elogio de la madrastra: “La felicidad es temporal, individual, excepcionalmente dual, rarísima vez tripartita y nunca colectiva, municipal”.