A PESAR DE OPINIONES MALINCHISTAS, EL GANADOR FUE… “EL CANELO”
LAS VEGAS, NEVADA, E. U. A.- El ring del T-Mobile Arena de Las Vegas se convirtió en un tablero de ajedrez durante el duelo entre Canelo Álvarez y Daniel Jacobs. Pintaba a pelea del año, fue buena, pero no llegará a tener ese reconocimiento. Las habrá más entretenidas para el espectador. Canelo y Jacobs se jugaban mucho, era un duelo entre iguales (ambos llegaban como campeones) y ninguno quiso arreisgar. La táctica primó y ahí salió beneficiado el mexicano, que tuvo una pizarra mejor y supo ejecutar su plan. Victoria a los puntos por decisión unánime (115-113,115-113 y 116-112) e hito histórico: primer mexicano que unifica tres de los cuatro principales títulos mundiales(WBC, WBA e IBF, en su caso). Su legado es lo que le preocupa, por ello no se mojó para el futuro. “Cualquier cosa que me suponga un reto, será mi próxima pelea”, reveló.
Desde el primer momento Canelo y Jacobs dejaron clara su línea en la pelea. El estadounidiense iba a coger los patines y moverse lo máximo posible, sobre todo de inicio. Mientras, Álvarez acortaría huecos y trabajaría sobre el fallo. No había duda y lo ratificaron durante cuatro asaltos, hasta que el mexicano subió una marcha y apretó a la hora de cerrar. Hasta el momento le había valido con ser certero para ir por delante. Jacobs tiraba mucho el jab, pero era para mantener la distancia. Daño, ninguno. Los datos totales no dejan duda: el estadounidense lanzó 649 golpes y atinó 131 (20% de acierto) y el Canelo 466, pero con 168 de acierto (40%). Es decir, cuando el de Guadalajara sacaba la mano hacía daño.
El mexicano hizo un trabajo oscuro, ya que se dedicó a golpear mucho en la zona hepática para restar movilidad y lo consiguió hasta el octavo asalto. Ahí hubo un cruce duro, Canelo recibió una mano y todo cambió. “No la sentí”, aseguró el mexicano tras la pelea, pero Jacobs se vino arriba. Sacó más ritmo y fue cuando mejor estuvo, pero era tarde, porque o noqueaba o no ganaría. El KO, pese a su estrategia con el peso (prefirió perder dinero a subir con menos peso inclumpliendo así una clausula del contrato), no funcionó. Y es que las dos únicas manos claras que le entraron al púgil de Guadalajara no le hicieron ni pestañear. Ocurrió lo mismo del otro lado, pero era lógico. Para compensar la diferencia de tamaño, Álvarez apostó por menos peso y mayor rapidez. Así sorprendió a Jacobs y se quitó más manos. Pura táctica. “Había que tener paciencia, nada más. Sabíamos que iba a ser difícil por el tipo de peleador que era, pero hicimos las cosas como teníamos que hacerlas”, apuntó. Quizá no fue su pelea más lucida, pero sí efectiva e histórica. Canelo quiere un amplio legado, irá a por más.