ABUSOS, OBISPOS CHILENOS RENUNCIAN EN BLOQUE Y PIDEN PERDÓN

@sacroporfano, INTERNACIONAL

ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ

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CIUDAD DEL VATICANO.- “Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones”. Los obispos chilenos hacen cuentas con la peor crisis de la Iglesia católica en el país sudamericano. Tras reunirse en privado durante tres días con Francisco en el Vaticano, entonaron un “mea culpa” y renunciaron en bloque. Pusieron sus cargos en las manos del pontífice, quien podrá decidir en libertad sobre el futuro de cada uno de ellos.

Al mediodía romano de este viernes, los voceros del episcopado chileno comparecieron ante la prensa en una sala ubicada a pocos pasos de la Plaza de San Pedro. Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago, y Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, se limitaron a leer una declaración conjunta y dos textos con precisiones. No aceptaron preguntas.

El mensaje agradeció al Papa “por su escucha de padre y su corrección fraterna”, a monseñor Charles Scicluna y a Jordi Bertomeu “por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas en intentar sanar las heridas de la sociedad y la Iglesia en nuestro país”.

“Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y ayuda para seguir avanzando en el camino de curación y cicatrización de las heridas”, añadió.

Comunicó, además, que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, pusieron sus cargos en las manos del santo padre. Luego, los obispos reconocieron que estos días “de honesto diálogo” han sido “un hito dentro de un proceso de cambio profundo”, conducido por el Papa Francisco. Y aseguraron que desean, en comunión con el pontífice, “restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado, para reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro debió siempre estar en Cristo”.

“Queremos que el rostro del señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos. Con humildad y esperanza les pedimos a todos que nos ayuden a recorrer este camino”, precisaron.

En el momento de las precisiones, Juan Ignacio González explicó que poner los cargos pastorales “a completa disposición del Papa” implica que, mientras este no tome una determinación sobre cada uno, los miembros de la Conferencia Episcopal continuarán en sus trabajos y “en plenas funciones”.

Indicó que, según el líder católico lo estime conveniente, puede aceptar de inmediato la salida de un obispo, también puede rechazarla y por tanto este quedaría confirmado en su cargo, o bien, puede aceptarla y hacerla efectiva al momento del nombramiento de la nueva autoridad diocesana.

Todas estas precisiones se dieron a conocer luego de cuatro reuniones estrictamente confidenciales que tuvieron lugar del 15 al 17 de mayo entre Jorge Mario Bergoglio y 34 obispos, 31 titulares y tres eméritos, es decir ya jubilados. El objetivo de estos encuentros fue analizar a fondo las causas y los mecanismos que permitieron abusos de poder, de conciencia y sexuales en la Iglesia chilena en los últimas décadas.

Según reveló Fernando Ramos este viernes, en el primer encuentro (la tarde del martes 15 en una sala del complejo Aula Pablo VI del Vaticano), Francisco leyó un documento en el cual se expresaban sus conclusiones y reflexiones en torno al informe de más de dos mil páginas redactado por Scicluna tras su misión especial a Santiago, que tuvo lugar en febrero y que buscaba echar plena luz sobre la crisis.

“El texto del Papa indica con claridad una serie de hechos absolutamente reprobables que han ocurrido en la Iglesia chilena en relación a los inaceptables abusos, que han llevado a que ella haya disminuido el valor profético que la caracterizaba”, indicó el obispo, también secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile.

Aunque Ramos no dio más detalles del escrito papal, su contenido fue dado a conocer por la televisión chilena este jueves. Se trata de un crudo y descarnado diagnóstico sobre los elementos que determinan una crisis estructural: mentalidad eclesial elitista, clericalismo, división entre los obispos y otros males, que se manifiestan con graves resultados como la quema de documentos de archivos eclesiásticos para encubrir actos reprobables. En ese mensaje, el pontífice advirtió que si bien remociones de obispos tendrán lugar, eso no basta porque es necesario un cambio cultural profundo en una Iglesia cuyo cuerpo “está roto”.

Tras el demoledor análisis presentado por el pontífice en su primera cita, siguieron otras tres reuniones. En ellas, según comentó Ramos, “cada obispo pudo expresar su reacción, opinión y visión”.

“En este contexto de diálogo y discernimiento se fueron presentando varias sugerencias de medidas a adoptar para enfrentar esta gran crisis, así como también fue madurando la idea de que, para estar en mayor sintonía con la voluntad del santo padre, era conveniente declarar nuestra más absoluta disponibilidad para poner nuestros cargos pastorales en manos del Papa. De esta forma, podíamos hacer un gesto colegial y solidario, para asumir -no sin dolor- los graves hechos ocurridos y para que el santo padre pudiera, libremente, disponer de todos nosotros”, explicó.

Y ponderó: “Fue así que en el día de ayer, por escrito, manifestamos esta disponibilidad poniendo nuestros cargos a disposición. Así él podrá, en las siguientes semanas, decidir si acepta o rechaza lo que hemos señalado”.

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