ACAMOTO, EL TURISMO QUE NO SE QUIERE; SOBREVENTA DE BOLETOS AÉREOS, A DEBATE #MartesDeColumnas @joseyuste en @Excelsior @DineroEnImagen

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Las escenas fueron de terror. Ocho muertos. Motociclistas con arrancones y motos derrapadas contra la gente. Doscientas toneladas de basura en las calles y playas. Motociclistas sin el mínimo control de seguridad haciendo suertes de caballitos en gasolinerías. Grupos vandalizando comercios. Y, para Ripley, la imagen de varios motociclistas agarrando una camioneta de la policía, balanceándola de izquierda a derecha, ¡con los policías arriba! Fue el caos total. La inseguridad desbordada. Fue el turismo que ahuyenta a todo el otro turismo. Un turismo motociclista con imágenes más parecidas a Mad Max que a una playa icónica a nivel mundial. Un turismo que ahuyenta al turista familiar, al de mayor valor adquisitivo, al gastronómico, al ambientalista, y que pone al puerto de Acapulco en el foco de los touroperadores para evitar llevar el turismo internacional.

EMPRESARIOS NO LO QUIEREN
Ya lo había externado José Luis Smithers, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA): “Preferimos que haya tranquilidad a la derrama económica de ellos”. No en balde, toda la Costera Miguel Alemán se cierra por los arrancones de los motociclistas.

No todos los empresarios piensan así. Hay unos con corta visión sobre el futuro del puerto. Se escudan en una derrama económica momentánea. Es el caso de Alejandro Martínez, presidente de la Canaco de Acapulco, quien, complaciente, dijo que la ocupación hotelera de Acapulco superó el 85% y el Acamoto 2025 dejó una derrama de 900 millones de pesos. ¿De verdad vale la pena una derrama de 900 millones de pesos el perder la seguridad, el perder el turismo familiar, los atractivos icónicos, el perder la atracción de touroperadores con tal de tener una vandalizada de esa magnitud?

SALGADO MACEDONIO PRESUME SU AUTORÍA
Este tipo de turismo, inseguro, que vandaliza y no respeta a los demás, fue estimulado por el senador de Morena Félix Salgado Macedonio, padre de la gobernadora, quien incluso en Facebook se ha atribuido la creación del Acamoto cuando él fue alcalde del puerto en 2005.

El mismo sábado, el senador comentaba que el evento estaba al tope y reconocía que parecía desbordado, que sólo hacía falta encauzar a los 10 mil motociclistas. Eso sí, Salgado Macedonio los conminó a la reflexión, recordándoles que hay leyes y reglas que se deben respetar. Y se ve que le hicieron mucho caso: 8 fallecidos, 42 detenidos, 200 toneladas de basura e imágenes de vandalismo por doquier.

Y ESO QUE LA PRESIDENTA ACABA DE ANUNCIAR 3 MIL MDP
La presidenta Claudia Sheinbaum, siendo sensible con la historia del puerto de Acapulco, y tras los huracanes John y Otis, tomó el toro por los cuernos con una inversión federal a través del Fonatur: alcantarillado, agua, obras de infraestructura y limpieza del puerto. Tan sólo la semana pasada, la presidenta Sheinbaum, a través de un programa llamado Acapulco se Transforma Contigo, anunció la inversión de 3 mil millones de pesos en 2025 para Acapulco. “Es un estímulo histórico”.

Sólo que alguien debería hablar con las autoridades de Acapulco y del estado de Guerrero porque la inversión federal para Acapulco debe ir de la mano con un programa integral de turismo, de hacia dónde se quiere llevar al puerto. Hacia el Acamoto o hacia una política de turismo con seguridad, incluyente, ambientalista, de atractivos turísticos legendarios, gastronómico, de espectáculos y diversión familiar.

PROFECO: SOBREVENTA EN VUELOS, LEGAL, PERO PODEMOS REVISAR
La práctica de vuelos sobrevendidos es totalmente común en México. Pero ayer fue visto por la presidenta Sheinbaum, quien pidió analizar el tema y quizás enviar una reforma de ley. Iván Escalante, titular de la Profeco, recordó que la sobreventa es legal. Pero podría darse un ajuste en la legislación. Ya hay acciones colectivas, por ejemplo, contra Viva Aerobus. Y se ha platicado con Volaris y Aeroméxico, así como con la IATA y la Canaero.

El artículo 52 de la Ley de Aviación Civil habla de que, en el caso de tener un vuelo sobrevendido, al pasajero se le debe reintegrar el boleto o ponerlo en el primer viaje disponible con todos los gastos pagados. Y una indemnización del 25% del precio del boleto si se viaja después. Las aerolíneas ya no pueden darse el lujo de levantar vuelos con pocos pasajeros. Sólo que la práctica de sobreventa está originando problemas, como ya lo hemos visto.