ACTOR DIEGO LUNA RECUERDA A SENADORES QUE LA SOCIEDAD EXIGE SOLUCIONES A CORRUPCION
SENADO DE LA REPUBLICA, CDMX.- Convencidos de que todo ejercicio ciudadano se fortalece con la participación de servidores públicos y que en México, el problema de la corrupción llama a la acción a todos los sectores de la sociedad. Grupo “Opciona” presentó el libro Corrupcionario Mexicano en el Senado de la República con el objetivo de recordarle a los legisladores que la ciudadanía en México es activa, y que exige una deliberación pública y parlamentaria sobre la corrupción. En un contexto de crisis de representación y rendición de cuentas, la sociedad civil actúa para elaborar instrumentos para la construcción de una ciudadanía más participativa. Por ello es indispensable el trabajo del Poder Legislativo para controlar este problema sistémico e institucional.
El Corrupcionario Mexicano es un libro para que riamos, pero sobre todo para que reflexionemos. Es un compendio de sólo algunos términos o frases que escuchamos en nuestro microuniverso habitual y que, junto a las ilustraciones de algunos de los mejores los caricaturistas de México que se han sumado al proyecto, transforman esta obra en una invitación a combatir la corrupción de abajo hacia arriba, al tiempo que el gobierno cumple con la obligación constitucional de combatirla como una política de Estado, de arriba hacia abajo.
A diferencia de las rebuscadas palabras de las enciclopedias que nadie dice nunca, las que hemos seleccionado para ti en este Corrupcionario Mexicano son de un uso tan cotidiano que hasta ponen la piel chinita. Hicimos un compendio de 300 palabras asociadas a un fenómeno tan internalizado en nuestra sociedad como lo es la corrupción, para ponerles nombre y apellido a situaciones, personajes y acciones terribles que, maquillados por la cotidianidad, nos parecen normales. Llamarle pan al pan, vino al vino y corrupto al corrupto es, a la vez, el primer paso para señalar y borrar la apatía con la que permitimos la corrupción en las altas esferas de la política y la vida pública, pero también la que generamos, toleramos y fomentamos en nuestra vida diaria.