ADRIANA DELGADO RUÍZ / MÉXICO SIN CIENCIA @adridelgadoruiz

NACIONAL, POLÍTICA

México es nuevo innovando y sus esfuerzos son muy limitados si se comparan con otros países, sobre todo si hablamos de los que marcan la pauta en ciencia, tecnología y desarrollo.

El Sistema Nacional de Investigadores fue creado apenas en 1984. Como ejemplo de su impacto mundial, en 2016 sus miembros colocaron al país en el lugar 28 de 194 en producción de textos científicos. Suena bien ¿no? Pero otra forma de verlo es que México aportó 0.62% del conocimiento generado en el planeta. Nueve años antes había sido el 0.59.

En ese mismo 2016, el financiamiento mexicano en ciencia y tecnología fue 79% del sector público y 21% del privado.

Comparándonos con un país de América Latina, la proporción en Brasil fue 57.7% público y 40.34% privado. ¿Qué tal en economías de las que van siempre a la vanguardia? Corea del Sur registró nada más 23.7% de financiamiento público y 74.5% privado. Alemania, 28.85% público y 65.84% privado.

Es decir, la reducción en el presupuesto del Conacyt, que este año es de 11.8%, no es el único problema. Por un lado, el compromiso oficial es que los mayores ahorros estén en áreas no sustantivas, pero más aun, el panorama muestra la importancia de que las empresas se pongan mucho más a cargo de las inversiones en innovación.

Contrario a ello, la directora del organismo, María Elena Álvarez-Buylla, calcula que durante la administración anterior se hicieron transferencias por 50 mil millones de pesos para esos fines a compañías transnacionales que operan en el país y dice que está haciendo las revisiones necesarias para clarificarlo. Mientras, hay grandes mentes mexicanas fuera de su patria, participando en proyectos científicos y tecnológicos clave en los países más desarrollados.

Dentro de nuestras fronteras el talento no está oculto. Nada más como botón de muestra, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional nos impresionan frecuentemente con inventos en muchas ramas. En robótica, el año pasado crearon un robot que realiza labores de office boy, otro que detecta vida bajo escombros y destacaron en concursos como el Robocon en Japón y el FIRST Global Challenge que organizó en agosto el Grupo Salinas.

Llegó la hora de dar a los estudiantes mexicanos destacados las oportunidades que necesitan para contribuir con su talento. Más becas en ciencias e ingeniería, además de las conocidas en economía y humanidades. Hay que traer a nuestros científicos e ingenieros del extranjero para que apliquen aquí sus conocimientos y experiencia. El campo necesita tecnificación y soluciones innovadoras. La industria, desarrollar muchas más patentes propias.

Es necesario que los estudiantes tengan acceso y se formen en un entorno tecnológico moderno. Los esfuerzos no han fraguado. Entre 2004 y 2007 cuando se dejó en el abandono, el programa Enciclomedia, que dotaría a la educación básica de pizarrones electrónicos conectados a computadoras con internet, vio 23 mil mdp tirados a la basura.

La creatividad está en nuestro ADN. Este año es Cuarón y Yalitza. En anteriores, Del Toro, González Iñárritu, Lubezky y otros mexicanos destacados. Necesitamos formar nuevos cuadros en nuestra industria audiovisual, capaces de ponerse al tú por tú con el cine y la televisión del mundo.

Los medios públicos mexicanos necesitan tecnología, subirse a la multiplataforma digital y construir coberturas y prestigio al nivel de la inglesa BBC o la alemana Deutsche Welle. Para eso se necesitan escuelas de alto nivel en esas destrezas técnicas y artísticas.

Ciencia, tecnología y educación son las llaves del futuro.

@AdriDelgadoRuiz

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