ALUMNOS DEL TEC DE MONTERREY DESARROLLAN, SOLUCIÓN PARA COMBATIR LAS VÁRICES
CIUDAD DE MÉXICO.- Como parte de los proyectos finales de los alumnos del Semestre i del Tec de Monterrey, Campus Estado de México, se presentó Pyra. Desarrollado por Alberto Dorantes, Ana Sofía García, Daniel Barranco, Gil Sánchez y María Fernanda Núñez, Pyra es un sistema conformado por dos partes, un control que funciona como “cerebro” y una prenda de compresión con tela conductora de alta tecnología que brindan terapia mediante estímulos eléctricos, aumentando el flujo sanguíneo en más del 500%.
Según datos del angiólogo y cirujano vascular del Hospital Ángeles del Pedregal, José Luis Camacho, 84 millones de personas en México padecen en alguna medida de insuficiencia venosa crónica; si bien la mayoría de los casos se presenta en mujeres por factores hormonales, no es un padecimiento exclusivo del género. Este padecimiento se vuelve más común a partir de los 25 años y la propensión se incrementa después de los 40 años. Otros factores que aumentan la probabilidad de padecer insuficiencia venosa son la obesidad y el sobrepeso, el sedentarismo, la hipertensión, agentes hereditarios y pasar largos periodos de tiempo sentado o de pie.
Actualmente existe una variedad reducida de productos para el tratamiento de la insuficiencia venosa, siendo las medias de compresión el producto más vendido. Dichos productos no han presentado un cambio importante, ni han adoptado tecnologías para el tratamiento de las várices en muchos años. Motivados por dar una solución a esta afectación, los alumnos del Tec de Monterrey desarrollaron Pyra, una prenda de vestir acompañada de un control, que mitiga y elimina los síntomas de las várices.
Pyra se compone de dos partes. La primera, el Omper, es una prenda de compresión que se puede poner de manera cómoda y sencilla, y que, por medio de cierres posicionados en diferentes áreas, garantiza que las piernas tendrán el nivel de presión necesaria para el tratamiento.
Esta prenda cuenta con una tecnología textil que da la terapia de estimulación eléctrica neuromuscular (NMES) en el lugar correcto sin correr riesgos. Además, el Omper posee un dispositivo que monitorea la posición de las piernas, enviando una señal al usuario cuando este cruce las piernas, indicando que debe corregir su postura y así evitar comprometer la circulación de la sangre.
Por su parte, el control, Opplo, permite al usuario encender y apagar la terapia, así como elegir la intensidad deseada. Antes de comenzar la terapia, es necesario aplicar un gel conductor para concentrar el efecto de ésta.
Los pulsos eléctricos causan contracciones musculares que impulsan el retorno de sangre en el sistema venoso profundo. Es decir, cuando los músculos cerca de las venas se contraen, estos funcionan como una bomba que comprime las venas y propulsa la sangre hacia el corazón. La compresión gradual, de pies a cintura, aumenta la velocidad del flujo sanguíneo y ayuda a evitar la torsión de las venas y las afectaciones en éstas.
Los tratamientos más comunes para las várices incluyen compresión y series de ejercicios. Pyra ofrece ambas al proveer la compresión que ayuda a juntar las paredes venosas dañadas, devolviéndole el funcionamiento a las válvulas que se encuentran en éstas. Además, la estimulación eléctrica neuromuscular NMES funciona de manera equivalente a los ejercicios recomendados, pues simula la contracción de los músculos de la pantorrilla. La combinación de estos dos tratamientos aumenta en más de 500% el retorno venoso de las piernas al corazón, resultando en un tratamiento completo y eficiente para esta afectación.
“Nuestro modelo educativo actual, Tec21, se basa en potenciar habilidades y en desarrollar competencias en las diferentes áreas profesionales que requieren los egresados de hoy en día. Este es el valor del Semestre i, pues consiste en una experiencia de aprendizaje vivencial donde los alumnos desarrollan un proyecto de manera real, generando soluciones reales para empresas y organizaciones, desarrollando habilidades transversales a su profesión y al final de éste, cuentan con proyectos tangibles que pueden emprender y ver la luz más allá de las aulas de la universidad”, afirmó Rocío Ruiz Rodarte, académica del departamento de Diseño y Arquitectura del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.