ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ / “EL PAPA INCOMODA A LOS SECTORES QUE CONCENTRAN EL PODER EN EL MUNDO” @sacroprofano #MartesDeColumnas
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO.- Moloch fue un dios antiguo. Venerado por cartagineses, fenicios y sirios. Sus sacrificios preferidos eran los niños. Se comía a los bebés. Esta sugestiva imagen fue elegida por un juez argentino para representar la voracidad letal del sistema económico y social imperante en el mundo. Un estado de cosas que conduce inevitablemente a la autodestrucción de la humanidad. En su más reciente libro, Roberto Andrés Gallardo contrapone al Papa con ese sistema. Casi en una lucha metafísica. Un sugestivo texto apenas publicado en Argentina y que Francisco ya leyó, respondiendo incluso con una reveladora carta dirigida al autor.
“Francisco versus Moloch. Ideas para una revolución ecosocial” es el título del libro, presentado hace algunos días en Buenos Aires. En él, Gallardo plasma años de reflexiones sobre el fracaso de las instituciones en la democracia moderna. Pero lo hace desde el mensaje del Papa, basándose especialmente en la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, en la carta encíclica “Laudato Si”, y en el discurso del pontífice a los movimientos populares en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), en julio de 2015.
En estos tres mensajes el autor (titular del Juzgado número 2 del fuero contencioso, administrativo y tributario de la capital argentina) identificó una crítica directa del líder católico al estado de cosas a nivel global. Un sistema que no es producto de la casualidad, sino de la acción de poderes fácticos: Financieros, económicos, comerciales y políticos. Por eso, Gallardo no duda en afirmar que la denuncia del Papa incomoda a los sectores que concentran el poder en el mundo y asegura que ellos no dudarán en atacarlo: dentro y fuera de la Iglesia.
“Francisco está enfrentado a Moloch porque el Papa, en el libro, es presentado como la voz que se alza en el mundo para denunciar que está en una crisis terminal, que este sistema así concebido nos lleva a la destrucción planetaria, para denunciar la degradación del hombre y su sistemático descarte. Moloch es la imagen del sistema, es el capitalismo salvaje, es la degradación, el que se come a nuestros bebés, a nuestros hijos, en el sacrificio ritual que lo caracteriza, es el que destruye a nuestra especie. Me pareció que la imagen de Moloch era muy eficaz para sintetizar esa metáfora destructiva de todo lo que está haciendo ese sistema político y social actual con la humanidad. Francisco aparece como desafiando a ese sistema que impera”, explicó el magistrado, en entrevista con el Vatican Insider.
El juez no esconde la relación cercana que lo une con Jorge Mario Bergoglio, a quien conoció en 2004 gracias a una entrañable amiga suya, ex jueza y ex defensora del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Alicia Oliveira. Ella los presentó, poco después que Gallardo emitió una sentencia que involucró a muchachos cartoneros, un grupo social entre los preferidos del entonces arzobispo y cardenal, quien dedicó a ellos numerosas misas en la catedral porteña.
Así inició un vínculo especial para el magistrado. Una especie de relación intelectual y espiritual, aunque él no la califica así. Sus diálogos con el futuro Papa le permitieron replantearse críticas íntimas sobre la Iglesia, sobre la política y el mundo. Un diálogo ida y vuelta, con impacto humano y filosófico. Por eso no resultó extraño que, algunas semanas atrás, el propio Francisco escribió una carta al juez para comentarle sus impresiones sobre el libro, de inminente presentación.
“Querido hermano. Disculpe el atraso en escribirle pero recién ahora he concluido la lectura del libro. Lo quise hacer detenidamente dado el enfoque original… y ¿por qué no? para aprender a defenderme de ese ‘enemigo’, Moloch. El estilo es académico y de una cierta densidad intelectual que dice bien de su autor”, escribió el pontífice, desde Roma.
La misiva, de estilo cercano, destacó la “aportación personal” y las “conclusiones originales” de Gallardo, per confirmó que las mismas son “provisorias” y “abiertas a una ulterior reflexión”. Y precisó: “Cuando una idea se presenta como final absoluto de una reflexión ahí mismo da origen a una ideología; en cambio si se afirma como un aporte en el camino, aún sin dejar de ser verdad (en el caso que lo sea), esa idea tiene posibilidad de crecer sin negar su propia veracidad”.
Más adelante, sostuvo que una de las fallas mas comunes consiste en interpretar hechos actuales con miradas de realidades de otras épocas. Ese, sostuvo, es el inicio de los “pensamientos anacrónicos” que, aunque parezcan modernos, nacen viejos. Así como las interpretaciones desarraigadas de la realidad, atadas al momento y no fraguadas en el tiempo.
“Sobre este último caso, y usted como juez me comprenderá, no es raro el mal uso de la jurisprudencia ‘atándola’ al vaivén de intereses, lo cual la convierte en hija de un positivismo situacional, perdiendo su capacidad de regular, corregir, orientar y edificar”, insistió el Papa, reconociendo que el libro “hará bien a mucha gente”, sobre todo por el conocimiento de muchas situaciones que vive el mundo hoy en día.
“Los discursos del Papa y sus prácticas, la coherencia entre ambos, evidentemente incomodan a los sectores que concentran el poder en el mundo, que no son necesariamente gobiernos sino que son ‘las usinas’, estructuras informales que coordinan las formas de dominación en el mundo y, evidentemente, el discurso del Papa las desnuda y les molesta. Yo creo que sí. Las reacciones que generan sus mensajes tienen que ver con esas molestias, que se dan fuera de la Iglesia pero también dentro de la Iglesia, porque no nos olvidemos que existe una parte de la Iglesia que también tuvo mucho que ver con la creación de Moloch y está muy interesada en su sostenimiento. La denuncia de Francisco no sólo va hacia fuera sino que también se dirige hacia adentro, y molesta en ambas partes”, explicó el juez.
Confesó que la idea de fondo en el libro surgió años atrás, durante una residencia académica en Bolonia (Italia) en la cual centró su atención en las aportaciones de Francisco a la doctrina social de la Iglesia. Durante esa investigación, al también profesor universitario le cambió la perspectiva y se decidió profundizar en la concentración económica y el desplazamiento de millones de personas en el mundo.
Reconoció que, en ese camino de pensamiento, el Papa fue su inspirador. Pero aclaró que no pretende ser ni vocero ni intérprete de Francisco, aunque ha discutido con él en numerosas ocasiones, personalmente o a través del correo electrónico. Desde esa confianza, aseguró que pontífice es un filósofo y “uno de los pocos políticos vivientes” que tiene un pensamiento estratégico y holístico. Insistió en señalarlo como político porque su misión -dijo- va más allá de su faceta religiosa y espiritual. “En eso tiene una gran dimensión y que va a marcar la política mundial de aquí al próximo siglo”.
Según Gallardo, el libro no sólo se queda en una crítica descarnada sino que plantea algunas ideas para sacudir las conciencias que “están formateadas desde los centros de poder”. ¿El objetivo? Sensibilizar sobre la inminente destrucción y promover urgentes medidas de cambio vinculadas con la economía, con el medio ambiente, con la participación política y social. Eso, insistió, debe hacerse en forma rápida y coordinada, sumando a todos aquellos que piensan en un mundo humano y cristiano en el sentido más amplio, para que quienes desean un mundo mejor sin sectarismos ni diferencias.
“Esta es la invitación de Francisco y la propuesta del libro: discutir ideas sobre nuevos sistemas y nuevos paradigmas, tanto económicos como jurídicos, políticos e informativos. Sobre este punto quiero hacer especial énfasis porque uno de los grandes temas que se están viendo en el mundo es la influencia multimediática en la distorsión de los escenarios políticos, algo que el Papa ya ha denunciado y en el cual debemos poner mucho énfasis, porque lo que otros momentos eran dictaduras de tipo militar, alzamientos programados, hoy se traduce en el trabajo sistemático sobre las masas, a través de los medios de comunicación. Esto está provocando verdaderos golpes de Estado en numerosos países, no sólo en Latinoamérica. Debemos estar muy pendientes de este proceso”, explicó.
Y apuntó: “¿Qué va a pasar con el mensaje del Papa? Francisco va a seguir molestando a la centralidad con sus denuncias y con sus propuestas; la efectividad de sus mensajes va a depender de nosotros, de aquello que seamos capaces de hacer, cada uno desde su puesto de trabajo. Cada uno, desde su lugar, debemos amplificar la denuncia del Papa, empeñarnos en ser coherentes y poder trabajar para cambiar el destino del planeta”.
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