ARREMETE “PAPA FRANCISCO” CONTRA “TRAIDORES” DENTRO DE LA CURIA ROMANA
VATICANO .- El papa Francisco atacó a “los traidores” dentro de la Curia Romana, su “desequilibrada lógica de las intrigas”, así como su “ambición y vanagloria”, en un dura reprimenda este jueves con ocasión del tradicional discurso de Navidad.
“Hacer las reformas en Roma es como limpiar la Esfinge de Egipto con un cepillo de dientes”, reconoció el papa argentino al citar “una simpática expresión”, dijo, del francés Xavier De Merode.
Francisco, que en marzo cumple 5 años de pontificado, reconoció las enormes dificultades que ha encontrado para reformar el gobierno de la milenaria institución ante los cardenales, obispos y funcionarios de la Santa Sede.
“La Curia es una institución antigua, compleja, venerable, compuesta de hombres que provienen de muy distintas culturas, lenguas y construcciones mentales”, recalcó.
“Cuánta paciencia, dedicación y delicadeza se necesitan para alcanzar ese objetivo” el de las reformas, clamó Francisco, quien fue elegido tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, agobiado por los ataques y escándalos sexuales y financieros dentro de la Curia Romana.
Francisco no escatimó críticas a los enemigos de sus reformas, entre ellos los sectores más conservadores, liderados por el cardenal alemán Gerhard Müller, exguardián del dogma, sustituido en julio de su cargo como prefecto de la Doctrina de la Fe.
“Permitidme que diga dos palabras sobre otro peligro, que es el de los traidores de la confianza”, dijo.
“Han sido seleccionados con cuidado para dar mayor vigor al cuerpo y a la reforma, pero -al no comprender la importancia de sus responsabilidades- se dejan corromper por la ambición o la vanagloria”, lamentó.
“Y cuando son delicadamente apartados se auto-declaran equivocadamente mártires del sistema, del ‘Papa desinformado’, de la ‘vieja guardia’…, en vez de entonar el ‘mea culpa'”, añadió en una clara alusión a Müller, y a las declaraciones dadas a diferentes medios de prensa tras su dimisión hace unos seis meses.
No se trata de la primera reprimenda que Francisco hace al gobierno central de la iglesia.
Al inicio de su pontificado en 2013, Francisco no ahorró críticas a la Curia y enumeró “las quince enfermedades” que afectan a la institución, entre ellas la rivalidad, la doble vida, la hipocresía, estar al servicio del poder y buscar beneficios mundanos.