BAJA FITCH A NEGATIVO PANORAMA DE MÉXICO
CIUDAD DE MEXICO .- Fitch Ratings confirmó la calificación crediticia para la deuda de largo plazo de México, pero revisó la perspectiva a negativa, desde estable, reflejando el deterioro en el balance de riesgos que enfrenta el perfil crediticio de México asociado con la incertidumbre y el deterioro de las políticas en la Administración entrante.
En un comunicado, la calificadora dijo que el cambio de perspectiva también refleja los crecientes riesgos relacionados con los pasivos contingentes para Pemex.
Fitch mantuvo en “BBB+” la calificación de México para la deuda a largo plazo emitida en moneda extranjera.
La agencia indicó que si bien espera que la Administración entrante continúe abarcando los aspectos centrales del marco de políticas macroeconómicas: disciplina presupuestaria y la autonomía del Banco de México, persisten riesgos relacionados con la postura fiscal de la Administración entrante.
Además, destacó que existen riesgos de que el seguimiento de las reformas aprobadas anteriormente, por ejemplo en el sector de la energía, pueda detenerse, y que otras propuestas de políticas resulten en una menor inversión y crecimiento de lo que se espera actualmente.
La decisión de cancelar la construcción de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México envía una señal negativa a los inversionistas, destacó.
Las propuestas para grandes inversiones de capital por parte de Pemex, cuyo balance general y solvencia crediticia independiente han estado bajo presión, aumenta el riesgo creciente relacionado con los pasivos contingentes del soberano.
Señaló que las propuestas de que Pemex invierta en una nueva capacidad de refinación para sustituir las importaciones de gasolina implicarían un mayor endeudamiento y mayores pasivos contingentes para el Gobierno. Recordó que ante estos riesgos, recientemente bajó la perspectiva para la nota crediticia de la petrolera a negativa, desde neutral.
Por otra parte, Fitch espera un déficit del Gobierno federal del 2 por ciento del PIB en 2018 y asume que el crecimiento y los pequeños superávit primarios continuados harán que el índice de deuda se mantenga prácticamente estable en 2019 y posteriormente. Sin embargo, dijo que esta previsión conlleva riesgos debido a la configuración incierta de la política fiscal de la Administración entrante y la posible insuficiencia económica si persiste la incertidumbre de la política.