BULLYING, ¿Y LOS ADULTOS? @ErikaSolorio02 #MartesDeColumnas EN @ContraReplicaMX
Por Erika Solorio, activista de derechos humanos, asesora política, comunicóloga social. Mtra. Administración y Políticas Públicas con Enfoque en Gestión Política.
El acoso escolar, también conocido como bullying, afecta severamente a muchas personas, especialmente a las niñas, niños y adolescentes en sus centros educativos, puede tener un impacto devastador en la vida de las víctimas y también en los propios agresores.
En términos de derechos humanos, el acoso escolar puede ser considerado una violación de varios derechos fundamentales, como el derecho a la vida, a la educación, a la integridad física y mental, a la libertad y a la seguridad personal, por mencionar algunos.
Las autoridades educativas, los padres, los docentes y la sociedad en general tienen la responsabilidad de prevenir el acoso escolar, intervenir de manera efectiva cuando ocurre y brindar apoyo tanto a las víctimas como a los agresores.
Promover el respeto, la empatía y la inclusividad es una tarea de todas las personas, en especial de los adultos, a fin de evitar que se generen este tipo de sucesos que afectan gravemente a las y los estudiantes de diversas naciones.
“Es habitual que quien acosa experimente emociones de frustración, activación emocional o dificultad para controlar impulsos, siendo la agresión una forma de liberar estas emociones. Aunque existen otras formas de lidiar con el estrés o el malestar, es frecuente que muchos niños, niñas y adolescentes no las conozcan”, (UNICEF, 2023).
Trabajar para mejorar la calidad de vida de las personas es responsabilidad de todas y todos, no solo compete a las autoridades de los gobiernos, también desde el núcleo familiar debe de prevenirse el bullying o acoso escolar.
“Dentro del acoso se da además un factor instrumental en el que se busca, de manera calculada, un beneficio social o de poder grupal. Para que esto ocurra es necesario que el entorno tolere y apoye el acoso”, (UNICEF, 2023).
Resulta de suma importancia atender las causas del comportamiento de los agresores, los especialistas en pedagogía, educación, psicología, psiquiatría, derecho, por mencionar algunos, destacan que en la mayoría de las ocasiones las personas que cometen este tipo de actos buscan tener el “control” o el “poder”.
¿Y los adultos? Estos hechos “aislados” que llegan a generarse en diversas instituciones educativas en distintas naciones pueden abordarse de forma responsable, a través de la elaboración e implementación de políticas públicas para la prevención del bullying.
No permitamos que la intimidación siga vigente; la sociedad en general debe de actuar y evitar que se sigan incrementando estos hechos tan lamentables que afectan considerablemente a miles y miles de familias.
¡Escuchemos el silencio!