CAPITAL POLÍTICO / SE LE ROMPE EL EQUIPO A ALEIDA #MartesDeColumnas @adrianrueda EN @Excelsior

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Alavez se peleó con su esposo, Alejandro Ojeda, al que despojó del reparto del pastel en la demarcación.

La que está pasando aceite en Iztapalapa es la alcaldesa Aleida Alavez, quien aún no acaba de arrancar y ya se le partió el equipo, al grado de que se peleó con su esposo, Alejandro Ojeda, al que despojó del reparto del pastel en la demarcación.

Al arrancar el año, la alcaldesa sacó la guillotina para descabezar cuatro direcciones territoriales y restarle poder a la directora de Obras, Maribel Mejía, a la que le mochó dos áreas para entregárselas al director de Servicios Urbanos, Alfonso May.

A raíz de esos movimientos, y de los supuestos incumplimientos de Alavez, líderes territoriales empezaron a migrar con Clara Brugada, jefa de Gobierno, quien no disimula ni tantito su interés por echar de Iztapalapa a Aleida, a la que maltrata notoriamente.

Si la alcaldesa ya andaba nerviosa por el activismo de la gente de Clarita en su territorio, ahora que se le están empezado a ir algunos aliados tiene miedo de que le puedan jugar las contras en la operación territorial.

Uno de los que buscan aprovechar la débil posición de su jefa es Mucio Israel Hernández, director general de Gobierno y Protección Ciudadana, quien ha dejado ver que, si a la alcaldesa no le alcanzara para la reelección, él puede ser el caballo negro para 2027.

Dicen que Mucio está empujando fuerte para concentrar posiciones de poder y operar la sucesión en dos años, para lo cual busca empezar a sacudirse a quienes le pudieran estorbar.

Aseguran que, luego de una reciente medición por parte de una consultora para ver cómo se veía su administración, a Aleida le brincó el tema de su esposo, quien, sin tener cargo oficial, es el que daba órdenes al equipo.

Un episodio que relatan es que Ojeda quiso reprender a Rosa Nelly de la Vega porque, según él, no hace bien su trabajo en la dirección territorial que le corresponde, lo cual no le cayó en gracia a la alcaldesa, pues esa funcionaria es de todas sus confianzas. Alavez ya ordenó la desaparición de cuatro direcciones territoriales y el resto las repartió entre sus cuadros más cercanos, lo que no agradó a su esposo, quien se sintió descobijado.

Y es que mientras Aleida pide cerrar filas en torno a ella, al mismo tiempo se deshace de dirigentes importantes, lo cual está siendo aprovechado por Brugada, que ya metió más operadores propios en ese territorio.

Liderazgos históricos que asesoran a la alcaldesa se sienten poco valorados, pues sus opiniones ya no son tomadas en cuenta. Por todo ello, el equipo en Iztapalapa se rompió temprano y eso podría acelerar una lucha interna.

Por lo pronto, Aleida se está apoyando mucho en Mucio, que se convirtió en su colaborador más cercano, lo que ahondó su distanciamiento con Ojeda, quien, de sentirse el que decidía en Iztapalapa, lo mandaron un rato a la banca.

A todo esto, dicen que hace dos semanas Alavez intentó sabotear la asamblea de Morena en Iztapalapa, sólo que ella no tuvo la fuerza de sus colegas caciques de Xochimilco, José Carlos Acosta, y de Venustiano Carranza, Julio César El Nenuco Moreno, que sí pudieron.

CENTAVITOS

Y hablando de reventar asambleas, quienes estuvieron en la del fin de semana en Venustiano Carranza dicen que entre las agredidas por gente de El Nenuco está la diputada Martha Ávila, que fue jaloneada de fea manera. Independientemente de la agresividad de los caciques capitalinos de Morena en contra de sus propios dirigentes, la verdad es que la dirigencia local de Héctor Díaz-Polanco es tan gris, que a nadie interesa escuchar.