CERTIFICA LA UAM TINTA INDELEBLE PARA LAS ELECCIONES 2018
CIUDAD DE MEXICO .- La tinta indeleble que se utilizará para marcar el dedo pulgar de los ciudadanos en la jornada electoral del próximo primero de julio fue certificada por el Departamento de Sistemas Biológicos de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El doctor Miguel Ángel Zavala Sánchez, investigador de dicho Departamento y responsable del proceso de certificación, aseguró que los mexicanos en edad de votar pueden tener confianza en que el líquido funciona, no se borra con facilidad y permanecerá en la piel por entre diez y 12 horas.
Desde 2000, la Casa abierta al tiempo ha validado la tinta que produce la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), señaló en entrevista el académico de la citada sede universitaria.
El entonces Instituto Federal Electoral (IFE) consideró que la institución era una buena opción para realizar este procedimiento, debido a la capacidad de sus laboratorios de investigación, por lo que “hemos certificado la tinta de tres elecciones federales y de algunos comicios estatales, y este es el cuarto proceso federal en el que participamos”.
En el momento en que el IFE se transformó en Instituto Nacional Electoral (INE) algunos estados han visto la necesidad de hacer su propia validación, por lo que cada año “emitimos una propuesta de lo que podemos hacer en nuestro Departamento”.
Desde octubre de 2017 se ha realizado un trabajo cercano con el IPN que ha implicado la esquematización y el establecimiento de un calendario: desde qué van a producir y cómo, y nosotros cómo lo vamos a certificar”.
La tarea de la UAM consiste en legitimar las materias primas utilizadas para la obtención de la tinta, la producción a granel, el material envasado, la serigrafía del INE, el proceso de llenado para verificar el contenido y, por supuesto, el análisis físico y químico del líquido; con respecto de las pruebas de indelebilidad se ha usado aceite, limón, etanol, thinner, aguarrás, detergente, gasolina blanca, vinagre, crema y cloro, entre otros, y “comprobamos que la mancha no se borra”.
Los laboratorios del Departamento de Sistemas Biológicos están en condiciones de garantizar un proceso de control de calidad para establecer si tanto las materias primas como el proceso de producción y producto terminado cumplen con lo que requiere el INE.
Para consumar el objetivo anterior se cuenta con los equipos y la gente que sabe utilizarlos para determinar concentraciones y composiciones, entre otros factores, ya que si bien “conocemos la formulación, podemos validar y certificar que funciona y cumple con los requerimientos del INE, pero no podemos exponer lo que hace el IPN”.
Las pruebas están vinculadas con las propiedades físicas del líquido y la indelebilidad o permanencia en piel, la cual se establece con límites de permanencia de entre diez y 12 horas, aunque la mancha llega a permanecer más de 24 horas.
La presencia de los componentes de la fórmula se determina por espectroscopía uv-visible y se cuantifican para determinar que la concentración de los mismos corresponda a lo establecido entre la ENCB del IPN y el INE, requerimientos que se acuerdan en el convenio firmado entre la Casa abierta al tiempo y el Instituto.
Del producto terminado –plumón– se verifica que no presente derrames, el funcionamiento de las piezas que lo componen y el análisis del líquido, dado que el proceso es continuo se asegura que el total del producto cumpla con las normas establecidas y en caso contrario se retira de la elaboración.
Nueve alumnos y exalumnos fueron invitados a participar en el proceso, principalmente de la Licenciatura en Químico Fármaco Biólogo de la Unidad Xochimilco, así como de las licenciaturas en Ingeniería Química y Administración de las sedes Iztapalapa y Xochimilco.
Para cumplir con las entregas el producto terminado fue aprobado en dos periodos, el primero en abril y el segundo a principios de mayo, de acuerdo con lo establecido en el calendario o ruta crítica estipulado con el INE.
La suma de esfuerzos de profesores del Departamento de Sistemas Biológicos de la UAM permite atender aspectos que aunque no son complicados sí son trascendentales y requieren del compromiso de quienes intervienen.
Esta participación nos ha permitido también enriquecer la formación de estudiantes, porque muchos son encargados de estar en la línea de producción y hacer las determinaciones físico-químicas, siempre asesorados por un profesor –en este caso el doctor Cuauhtémoc Pérez González, académico del Departamento de Sistemas Biológicos– quien vigila que el análisis sea el adecuado.
El proceso efectuado hasta que la tinta llega a las casillas de votación inicia con reuniones para acordar cuál será la ruta crítica que seguirá la producción, después se realiza el muestreo de materias primas y se envían los resultados.
Posteriormente en el IPN se hace el producto a granel, se toman muestras, se analizan y los resultados se envían al INE, y se comunica a la ENCB del IPN que el producto cumple con la norma establecida.
Más tarde es realizado el llenado de plumones, siempre con la presencia de personal de la Casa abierta al tiempo verificando que la serigrafía no se manche, que la tinta cumpla con la calidad acordada y con las pruebas de indelebilidad, y al final se envía al organismo electoral.
Una vez que está determinado que el líquido cumple con todos estos aspectos se acuerdan fechas de entrega por parte de la ENCB al INE, momento en que la UAM también está presente “porque tiene que sellar cajas de aprobado”, luego el organismo electoral hace su distribución en los distritos y llegan los comicios.
Posterior a las elecciones el Instituto recolecta todos los sobrantes de los distritos y elige al menos 100 muestras para que en la universidad “hagamos el análisis de trazabilidad, es decir, que el producto utilizado en las votaciones corresponde al líquido que se había aprobado desde el inicio del proceso”.
Los resultados son entregados en agosto o septiembre, por lo que el INE hace su validación y en octubre confirman que fueron aceptados los procedimientos que la Universidad realizó y ahí concluyen los compromisos contraídos.