CLUB DE MIGRANTES LE SALVA LA VIDA EN GUANAJUATO… ¡DESDE ARIZONA!
MEXICO .- “En el nombre sea de Dios”, dijo Guadalupe Méndez antes de trepar al helicóptero que acudió especialmente para rescatarla después de tres días extraviada entre los cerros del municipio de Doctor Mora, al sur del estado de Guanajuato, sobreviviendo de comer garambullos de los cactus, durmiendo bajo los árboles.
A sus 72 años, Méndez había jurado que jamás se subiría a ningún artefacto que volara, ¡ni muerta!, había dicho, pero al ver el fin de su vida cerca cambió de opinión y en cinco minutos volvió a casa, sana y salva, sin saber todo lo que movió a su alrededor 72 horas antes, cuando salió a buscar a su sobrino y desorientarse.
Lo cierto es que la Policía Municipal no había podido encontrarla hasta que alguien en la comunidad recordó que tenían un aliado efectivo a miles de kilómetros de distancia, en Tucson, Arizona: ¡El Club de Migrante Doctormorenses!
Hace al menos ocho años que los emigrantes de este municipio en particular y de manera general en todo el estado tienen un brazo de poder en México casi tan eficiente como cualquier institución oficial.
“Tenemos que recordar que en Estados Unidos hay 1.3 millones de guanajuatenses quienes, tan sólo el año pasado, enviaron 2,400 millones de dólares en remesas”, precisa Diego Sinhue Rodríguez, secretario de Desarrollo Social de Guanajuato en entrevista con este diario.
“Y más allá de esta realidad, con la cual el gobierno está comprometido, también tenemos que reconocer el éxito que han tenido en EEUU en el campo, las universidades, hay concejales, congresistas que tienen fuertes vínculos e interés en sus comunidades”.
Los guanajuatenses en la Unión Americana tienen actualmente 104 clubes de oriundos integrados en ocho federaciones, principalmente en California (40), Texas (29) e Illinois (15) y en 14 estados más, incluyendo Arizona (2).
Entre estos últimos aliados, se encuentra Ángel Pacheco, presidentes del Club de Migrantes Doctormorenses en Arizona quien el 10 de junio pasado por la noche recibió una llamada de una muchacha de su pueblo para pedirle ayuda.
Pacheco cruzó por Nogales como indocumentado el 3 de marzo de 1992 con su esposa y dos niños de tres y cuatro años. En Tucson empezó a trabajar en la construcción, primero como peón de albañil y poco a poco sus patrones lo capacitaron en el trabajo más fino, la electricidad y la plomería.
Aprendía rápido y pronto se hizo tan indispensable que la misma compañía lo ayudó a legalizarse. Así comenzó su carrera como activista.
Pacheco sólo tuvo que hacer una llamada al teléfono celular del secretario de Desarrollo Social y el resto es historia: un operativo integrado por personal de esta dependencia, de la policía estatal y protección civil peinaron y sobrevolaron los bosques de las comunidades La Cemita, Puerto del Gato, El Coral, Los Charcos y La Merced.
Después de 40 minutos de giros y rectas, de bajar y subir, la aronave dio con la mujer.
“Doña Lupita” estaba sentada debajo de un matorral cuando escuchó el ruido de las hélices. Levantó su falda y se echó a caminar sin rumbo. “No sabía hacia donde ir del susto”, narra su sobrino Emiliano Méndez, quien formó parte de la búsqueda desde tierra montando un caballo a lado de un oficial de protección civil.
El copiloto bajó por ella y la convenció rápido para subir y regresar a Doctor Mora, donde su familia aún bromea sobre los hechos. “Te fuiste a pasear, tía”. Y ella ríe.
