COLUMNA ESCAÑO ABIERTO / ARTURO ZAMORA
Las órdenes ejecutivas emitidas la semana pasada por el presidente Donald Trump y que comprenden la ampliación del muro fronterizo, deportaciones masivas de migrantes de origen mexicano, el recorte de recursos federales a las llamadas ciudades “santuario”, así como la suspensión del programa de refugiados, entre otras, constituyen un serio desafío a nuestro país y a la seguridad regional.
Estas medidas representan un agravio a México, una agresión a nuestra dignidad como país, a nuestra cultura e historia, y ponen en duda nuestra viabilidad como nación.Recordemos que el Estado mexicano se compone de nuestra población, territorio, leyes e instituciones que se han formado a lo largo de la historia nacional.
La conjugación de estos elementos fundamentales forma nuestra verdadera fuerza como país y nuestra identidad como una nación que se ha forjado a través de su idiosincrasia, costumbres y principios, por lo que es el momento de mantener la unidad nacional y acudir a todas las convocatorias que permitan mantener un frente común ante los riesgos que supone la eventual concreción de las órdenes ejecutivas mencionadas.
En México creemos más en los puentes, los caminos, las carreteras y las vías férreas, aéreas y marítimas, que en los muros. Somos una nación soberana y actuaremos como tal. Respetamos y exigimos respeto entre ambos países.
Los mecanismos a seguir para proteger nuestros intereses comprenden: atender los flujos migratorios, de armas y dinero ilícito en ambas direcciones; fomentar la relación comercial entre los dos países en defensa de la economía de las familias mexicanas y de las inversiones productivas y empleos localizados en México; proteger las inversiones mexicanas en aquel país y el flujo de remesas de los migrantes a sus hogares y desplegar una intensa diplomacia parlamentaria de parte de todas las bancadas con los congresos de Estados Unidos y Canadá.
Con este propósito, el consenso entre las fuerzas políticas nacionales, los poderes de la Unión, los tres órdenes de gobierno y la sociedad civil facilitará la respuesta institucional que es necesaria para presentar un frente común ante los riesgos que se avecinan.
La unidad en la pluralidad y la diversidad hará que de esta coyuntura salgamos más fuertes, porque la soberanía nacional se recrea en la democracia, y porque un diálogo abierto y respetuoso entre los mexicanos es el principio indispensable del nuevo diálogo y la relación bilateral que queremos con el pueblo y el gobierno estadunidenses.
Con estas premisas construiremos una negociación integral basada en los términos “ganar, ganar” y que incluya como temas nodales la migración, la seguridad y el comercio, entre otros.