¿CÓMO SE LLAMA EL NUEVO RÉGIMEN? #MartesDeColumnas @caroviggiano EN @heraldodemexico
Aunque no se nombre, sí existe: estamos frente a un régimen de dictadura encubierta donde sólo exista un partido único o, siendo más generosos, alguno que otro partido satélite para legitimar.
“Lo que no se nombra no existe”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum cuando asumió el cargo, una frase usada por el feminismo para enfatizar que el lenguaje y la visibilidad son herramientas fundamentales para lograr, reconocimiento, validación y empoderamiento. Que dicho sea de paso la presidenta nunca ha sido feminista. Pero a ella le gusta le digan presidenta con A, sí A de Andrés.
Durante los últimos días he escuchado insistentemente distintas reflexiones, ¿estamos ante un nuevo régimen? ¿Es este un retroceso democrático?
El régimen se empeña en decir que somos el país más democrático del mundo, más allá de que todo el proceso de la elección judicial es cuestionable y contrario a los principios de una democracia constitucional. Los hechos recientes contradicen la narrativa oficial: el 23% de quienes participaron anuló su voto o lo dejó en blanco, no hubo incertidumbre sobre el resultado, partidizaron el proceso, su cinismo llega a tal grado que hasta se atreven a decir que la oposición pudo participar y no lo hizo, es decir, también pudo violar la ley, tener a sus propios candidatos.
De ninguna manera puedo aceptar que esto es una regresión. El PRI nunca destruyó instituciones, ciertamente fue un partido hegemónico que vivió muchas crisis que lo llevaron a aceptar que tenía que abrir la reforma del 1994 es una prueba de ello.
Tampoco podemos juzgar los hechos del pasado con los estándares del presente, hay que entenderlos en el contexto de su tiempo, reconociendo las circunstancias y los valores que predominaban.
No, no somos iguales, como diría el clásico. El PRI es una institución que nació justo para dejar atrás una época de caudillos; López Obrador es un caudillo que mantiene el poder sobre su movimiento, sobre el gobierno y sobre las Cámaras.
Cuando Zedillo dijo que tendría “una sana distancia con el PRI”, debimos tomarle la palabra para inaugurar la cuarta etapa del PRI y llevar a cabo las reformas del poder que Colosio postulaba.
El PRI, durante 70 años, tuvo errores; sin embargo, no podemos dejar de reconocer que también tuvo aciertos, dio estabilidad, gobernabilidad, creó instituciones que son las que han mantenido de pie a la Nación. Sus errores los pagó en las urnas, como debe ser en un país democrático.
Morena en solo 7 años ha traicionado sus principios, sin duda el más grave es la destrucción de la República y no se ve quiera corregir; por el contrario, ahí vienen nuevas reformas para mayor control y no dudemos que también quiera desaparecer al INE y a la oposición en los congresos, con el popular discurso de la austeridad republicana.
Aunque no se nombre, sí existe: estamos frente a un régimen de dictadura encubierta donde sólo exista un partido único o, siendo más generosos, alguno que otro partido satélite para legitimar.
Veracruz y Durango nos mandan un claro mensaje: Morena no es invencible.
POR CAROLINA VIGGIANO
SECRETARIA GENERAL DEL PRI Y SENADORA
@CAROVIGGIANO