CONSECUENCIAS DE LA VISIÓN IDEOLÓGICA SIMPLISTA DE LA 4T DE AMLO @MARTHAGTZ #Domingueando en @elheraldo_mx
El dirigente que necesitamos los mexicanos debe considerar también a las clases medias, ser verdaderamente demócrata, experto, visionario, capaz de desbloquear nuestro potencial
Winston Churchill un día descubrió que el estado de ánimo decide la suerte de las personas, y que para nada, es la suerte la que determina el camino del éxito de los humanos y de las naciones.
La violencia política (bullying) que diariamente ejerce desde la mañanera Andrés Manuel López Obrador, nos ha hecho caer en un estado de ánimo que tenemos que romper. Romper con la inercia de baja autoestima social, para poder ver hacia el futuro y construir con los liderazgos de la sociedad, el México que tanto anhelamos.
Para que esto ocurra, requerimos de una ciudadanía que asuma responsabilidades. Desafortunadamente, se acostumbró a que todo le resolvieran, no desarrollo un pensamiento crítico racional para darse cuenta que de ninguna manera las cosas llegan de fuera, sino que se construyen desde la participación y el involucramiento activo de todos y cada uno de los mexicanos.
El ejemplo más reciente lo tenemos en las pasadas elecciones del Estado de México.
Evidentemente, el 74% de los mexiquenses no están de acuerdo con Morena ni con la candidata electa Delfina Gómez. Sin embargo, al no acudir a las urnas para manifestar su rechazo la dejaron pasar. Así como en el 2018 un importante porcentaje del electorado, particularmente de las clases medias se dejó llevar por el enojo y voto por López Obrador, los ciudadanos del Estado de México que no acudieron a votar el pasado 4 de junio, se darán de topes.
La ciudadanía debe darse cuenta que la democracia no solo es ir a votar cada 3 años, cruzar un nombre en una boleta electoral y ya. ¡No! La democracia se hace todos los días. La democracia, requiere de ciudadanos que se preparen para ser cuadros políticos y asumir responsabilidades públicas, y de cuadros políticos que se preparen y capaciten para ser dirigentes, conscientes de que la responsabilidad del dirigente es entender, atender y acompañar a la sociedad.
Porque actualmente la sociedad se ha empoderado, sin embargo no sabe que hacer. La confrontación y el encono alentado desde la Presidencia de la República ha provocado que los ciudadanos se agredan unos a otros, la muestra es lo sucedido a raíz del nombramiento de Luisa María Alcalde al frente de la Secretaría de Gobernación. El empoderamiento y la libertad, de ninguna manera da el derecho para denostar la capacidad, preparación y dignidad de ninguna mujer. Podremos estar o no de acuerdo con sus ideas, pero difamar y meterse en la vida privada de las personas no es liderazgo, no es libertad, y mucho menos democracia, por el contrario.
Nuestro país necesita un liderazgo que tiene que ver con el liderazgo de los partidos políticos y los dirigentes que necesitamos los ciudadanos para sentirnos representados, y también tiene que ver con los ciudadanos que el México del siglo XXI necesita.
El concepto que ofrece Morena es una visión ideológica simplista, donde por un lado solo existe mayoritariamente el pueblo pobre, y por el otro un pequeño segmento de fifís, conservadores de derecha, clase media aspiracionista, oligarcas, traidores a la patria, y cuantos calificativos despectivos se le ocurran cada mañana para quien no esté de acuerdo con Andrés Manuel López Obrador. Ese, es un México de ficción.
El México real, en su mayoría es de clases medias. Clases medias que demandan una conducción de país eficiente y visionaria que catapulte sus capacidades y talentos hacia el progreso, y el desarrollo sostenible.
Este México de clases medias es el mismo que en el año 2000 convocó al PAN a reconducir los procesos, desafortunadamente Vicente Fox no estuvo a la altura y dejó pasar la oportunidad. Todavía en el 2006 pensó que Felipe Calderón podía hacerlo, ya que no confiaba en Roberto Madrazo, sin embargo, tampoco cumplió las expectativas. Ante el fracaso del PAN, de nuevo decidió apostar por el PRI pensando que era Enrique Peña el indicado para conducir a nuestro país, y nos decepcionó, el fracaso de su gobierno fue estrepitoso y se envolvió de corrupción.
La sociedad, particularmente de clase media harta de eso voto por Morena, ya que en algún momento Andrés Manuel López Obrador dijo que iba a ser considerada, resultó que no. La cuarta transformación es el mayor mito que se le ha vendido a los mexicanos. Solo ha representado ayudas y una negación absoluta para considerar la participación democrática de una sociedad madura que esta lista. no trae nada más.
El dirigente que necesitamos los mexicanos debe considerar también a las clases medias, ser verdaderamente demócrata, experto, visionario, capaz de desbloquear nuestro potencial, recuperar nuestro valor y autoestima social, tomar el timón del barco para detonar el espíritu de progreso de los ciudadanos y llevarnos a aprovechar las extraordinarias oportunidades que el mundo del siglo XXI ha puesto al alcance de las sociedades modernas.
Hoy, el barco va a la deriva.
Y no es pregunta.
MARTHA GUTIÉRREZ
COLABORADORA
@MarthaGtz