CONTINÚA REFORESTACIÓN EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA EN MICHOACÁN

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MICHOACAN .-  Niños, mujeres y hombres del ejido El Rosario, ubicado en este municipio de Michoacán, conscientes de las amenazas —como la tala y el cambio climático—, acudieron a la Reserva de la Biosfera para continuar con la reforestación de ese santuario que cada año es visitado por la mariposa monarca, que viaja desde Canadá y Estados Unidos para hibernar.

Jorge Rickards, director interino del Fondo Mundial para la Naturaleza en México (WWF, por sus siglas en inglés), explicó que este año se plantarán en la Reserva, junto con la Fundación Telmex-Telcel, alrededor de 950 mil oyameles y pinos, de los cuales 90 mil serán plantados en el santuario de este municipio.

Sostuvo que la Reserva —ubicada entre los estados de México y Michoacán— es un tema que acerca a Estados Unidos y Canadá, pero también ha sido un sitio de enrome presión a lo largo de los años, pues se generaron problemas complejo.

“La reserva no está libre de presiones, es constante no podemos bajar la guardia, porque la tala siempre es una amenaza. Tenemos que seguir trabajando con las comunidades”, dijo.

Sin embargo, consideró que es un tema de éxito, porque casi se ha logrado abatir la tala clandestina, debido al apoyo de empresas como Telcel que ha proporcionado apoyo no sólo para reforestar, sino también para contribuir en la creación de proyectos productivos que dan empleo a 300 personas. Aunque la tala hormiga aún persiste en pocas cantidades.

De acuerdo con Homero Gómez, el comisario ejidal, los pobladores viven del turismo que vienen a ver a la mariposa —entre noviembre y marzo— solo por cuatro meses. En el resto del año algunos migran a otras partes para trabajar, pues en este lugar no hay más actividad económica.

En ese tenor, Rickards sostuvo que desde hace 10 años WWF ha monitoreado la tala clandestina en la Reserva y desde hace tres años se habla de cero tala clandestina, pero aún hay presencia muy reducida de tala hormiga. Resaltó que fue un hecho importante dado que se había registrado hasta 400 hectáreas por año, situación que era “verdaderamente insostenible.”

Acotó que 11.92 hectáreas, es decir 16 por ciento de 72.3 hectáreas de la Reserva sufrieron tala clandestina ella año pasado, cuando el total de la zona protegida es de 56 mi 259 hectáreas, por lo que disminuyó ese problema frente a lo registrado en 2015, cuando fueron 19.9 hectáreas.

Resaltó que el cambio climático representa una amenaza que preocupa, pues el trayecto que cruza por Estados Unidos es peligroso por el uso de plaguicidas, aunque hay diálogo entre los tres países de la región de Norteamérica para preservar la supervivencia del insecto.

El director interino de WWF en México destacó que el fenómeno migratorio de la mariposa es único por su belleza, así como por la travesía —recorre 4 mil kilómetros para hibernar— , pero hay otros insectos que también realizan migración.

Por otra parte, el comisario ejidal de El Rosario sostuvo que los recursos que reciben de los gobiernos federal y estatal son pocos para combatir la tala el Santuario, pues recientemente el primero lanzó una convocatoria de un millón de pesos para toda la Reserva, no sólo para El Rosario, cantidad que “no es nada”, mientras que el segundo aportó 100 mil pesos. “Si esta my abandonado el sector ambiental”, dijo.

Agregó que 145 mil turistas visitaron el Santuario El Rosario durante 2016, de ellos el 8 por ciento fueron viajeros provenientes de otros países. Acotó que cuando el estado tuvo problemas más severos de seguridad, el turismo bajó pues entre 2010 y 2011, llego hasta 60 mil visitantes, mientras que en 2014 paso a 90 mil. Para este año esperan que la cifra se incremente a 160 mil turistas. Mencionó que la derrama económica anual es de aproximadamente 8 millones de pesos al año.

Toda la comunidad participa

“Te voy a sembrar, pero quién sabe si todavía te alcance”, le dice Candelaria Guzmán de Jesús, una pobladora de la comunidad El Rosario, a uno de los árboles que sembró durante la jornada.

La mujer de 76 años dijo que participa en la reforestación del área desde que enviudó, porque es lo que dejaran para sus nietos. Como ella, otros habitantes del ejido de Ocampo participan para mantener vivo esta Reserva que abastece de agua al sistema Cutzamala.

Pero no sube solo este sábado al Santuario, sino más días del año para sembrar casi 70 árboles por jornada. La diferencia con otras si es que alrededor de 750 trabajadores de Telcel también acudieron a llenar los huecos y tener un bosque más tupido.

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