DE FRENTE Y DE PERFIL: RAMÓN ZURITA SAHAGÚN / SIN PRISA EN LOS NOMBRAMIENTOS @RevistaPersonae
Por fin, luego de larga espera (19 días), la Asamblea de la Ciudad de México pudo ponerse de acuerdo y aprobar el nombramiento de José Ramón Amieva, como Jefe de Gobierno.
Lo tardío del hecho da cuenta de la poca urgencia que tienen las autoridades para nombrar a un suplente, emergente o interino en un cargo público de importancia.
No es la primera ocasión en que eso sucede, ya que en diversas ocasiones se ha manifestado la lentitud de quienes deben dar trámite y aprobar estas nuevas designaciones.
En el sexenio pasado fue una práctica común el retrasar los nombramientos, luego de la falta del titular de la dependencia correspondiente, especialmente en aquella en que la cabeza perdió la vida en accidentes.
Dos ejemplos de lo anterior fueron los de Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora, quienes por muerte, fueron sustituidos por Fernando Francisco Gómez Mont y Alejandro Alfonso Poiré, respectivamente.
En el caso de la muerte de Mouriño se guardó luto y por lo mismo, la dependencia estuvo acéfala durante 6 días, hasta que se decidió que Gómez Mont asumiera el cargo, por nombramiento presidencial.
La muerte de Blake Mora provocó que pasaran seis también para que Poiré fuese nombrado nuevo secretario de Gobernación.
Pero donde se mantuvo en suspendo el nombramiento de titular de Gobernación, fue entre la salida de Gómez Mont y el nombramiento de Blake Mora, sin que hubiese luto de por medio.
El bajacaliforniano fue nombrado secretario de Gobernación, casi tres meses después de la renuncia irrevocable de Fernando Francisco Gómez Mont, dejando en claro que ni siquiera la dependencia encargada de la política interior y donde el titular está considerado como Jefe del gabinete, se requiere de una cabeza.
Casos como ese son muy comunes en la política mexicana y el mejor ejemplo lo da el encargado de la Procuraduría General de la República, la que dejó acéfala hace varios meses Raúl Cervantes Andrade.
Siete meses han transcurrido y el encargado de despacho Alberto Elías Beltrán, despacha como subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, pues no reúne los requisitos necesarios para desempeñar la función de titular.
Seis meses han transcurrido, sin que se haga necesario que se nombre al titular y las cosas continúan funcionado como si estuviese al mando el Procurador General de la República.
En esta tardanza o pereza por designar a los sustitutos, sea por la vía del nombramiento o designación o por la ratificación del Legislativo no importan las siglas del partido, ya que unos y otros incurren en lo mismo.
Hay situaciones en que se producen los nombramientos de los relevos al mismo tiempo que se dan las renuncias.
José Antonio Meade (Pepe Mid) renunció a la secretaría de Hacienda, al tiempo que José Antonio González Anaya ocupó la vacante desde el mismo día de la renuncia del primero.
No sucedió lo mismo con Baltasar Hinojosa, quien debió de esperara casi 20 días para tomar el sitio dejado vacío por José Eduardo Calzada en la secretaría de Agricultura.
Con este tipo de situaciones se muestra como las apuraciones se dan en algunos espacios y en otros no los hay y se puede esperar tanto tiempo como el que consideren necesario, sin que según la óptica de los gobernantes se trastoque nada.
Claro que se juega con los nombramientos, se miden fuerzas, especialmente en el Legislativo, como sucedió en el caso de los Jefes delegacionales que solicitaron licencia para competir por otro cargo de elección popular, dejando que en la Asamblea se estirará la liga hasta lo último, sin importar que un importante número de lo que ahora son alcaldías tuviesen la máxima autoridad.
LOS CINCO QUE SOBREVIVIERON
Del gabinete presidencial inicial, solamente cinco de esos personajes llegan hasta el último tramo acompañando al Presidente Enrique Peña Nieto.
De esos cinco personajes, solamente uno de ellos pertenece al entorno del Ejecutivo federal, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, sobre el que pesan sombras de sospechas y acusaciones de corrupción en el área que maneja.
Ruiz Esparza pertenece al círculo cercano presidencial, ya que fue parte del gabinete del entonces gobernador del Estado de México y parte importante de su campaña presidencial.
Forma parte de los que algunos llaman en forma despectiva el grupo de “Toluquitos” y otros lo atañen como Atlacomulco y se dice que en caso de no ganar el PRI los comicios del primero de julio, será uno de los funcionarios más perseguidos por la justicia, sin importar quien gane la elección presidencial.
Otro de los funcionarios sexenales que continúan en su mismo encargo desde el inicio es Pedro Joaquín Coldwell, quien ocupa la secretaría de Energía. Sin ser un experto en la materia el quintanarroense ha desempeñado bien su encargo y fue parte importante del logro de la Reforma Energética. Discreto y eficaz, Pedro Joaquín no parece tener negros nubarrones en su futuro.
El tercero de los secretarios del área de gobierno es el titular de Economía. Ildefonso Guajardo Villarreal, quien se ha mantenido ahí los casi seis del gobierno de Peña Nieto. De aprobarse la negociación del nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, estados Unidos y Canadá, de acuerdo a lo previsto, Guajardo Villarreal, habrá desempeñado una buena tarea en su gestión.
Los otros dos secretarios que se han mantenido en el cargo desde el inicio son los del área de seguridad, pertenecientes a las fuerzas armadas.
Salvador Cienfuegos, continúa como secretario de la Defensa y Vidal Francisco Soberón, hace lo propio en Marina.
Para unos el trabajo desarrollado por ambos ha sido sumamente polémico y se les cuestionan algunos abusos y omisiones.
Email: ramonzurita44@hotmail.com