DE FRENTE Y DE PERIL / EL CARÁCTER HUMANITARIO DE MÉXICO @RevistaPersonae #JuevesDeMasColumnas

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

La excelente narrativa de Mario Vargas Llosa recoge los pormenores y detalla lo ocurrido en 1954 con el Golpe de Estado que privó de la Presidencia de la República en Guatemala a Jacobo Árbenz.

Nada que ver lo sucedido en la Guatemala de mitades del siglo XX con lo de Bolivia el pasado fin de semana, aunque en ambos casos los Presidentes depuestos fueron asilados en México.

La diferencia entre uno y otro es que Evo Morales salió de Bolivia 24 horas después de que decidió dejar el gobierno de su país y Árbenz sufrió para salir de Guatemala y fue vejado en su tránsito hacia la capital de México.

Ambos se refugiaron en la Embajada de México en sus respectivos países de origen, aun que en el caso de Jacobo inició un largo peregrinar por Cuba, Rusia y otras naciones, aunque finalmente regresó a México, donde murió.

El camino iniciado por Evo apenas comienza, ya que solicitó el asilo a México, después de que su casa fuese saqueada, petición que de inmediato le concedió el gobierno del Presidente López Obrador.

Morales no hizo la petición a Venezuela, donde gobierna Nicolás Maduro con quien mantiene una relación estrecha, ni a Cuba, mucho menos a Nicaragua, en que gobierna Daniel Ortega sino que decidió que el mejor sitio para asilarse era México, país que se distingue por su carácter humanitario desde hace más de 150 años, con una política de protección a refugiados y perseguidos en otros países, siempre y cuando lo sean por motivos políticos.

La salida de Evo busca tranquilizar la situación que priva en Bolivia, donde los nada transparentes comicios que dieron la victoria a Evo Morales, por un nuevo período presidencial, desataron el encono de la población, que salió a las calles en protesta por lo que consideraron un fraude electoral.

Ni siquiera la promesa de Evo de convocar a nuevos comicios atemperó los ánimos y finalmente el Presidente presentó su dimisión y se refugió en la Embajada mexicana.

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El asilo político ha sido desde siempre parte importante de la política exterior y eje de la diplomacia mexicana.

Durante años, México dio la bienvenida a perseguidos de la talla de ex Presidentes, Emperadores en desgracia, perseguidos políticos, intelectuales, académicos y luchadores sociales, que encontraron en nuestro país su nuevo hogar, sentando raíces.

El héroe cubano José Martí, el ex Presidente argentino, Héctor José Campora, el ex Presidente de Guatemala, Jacobo Árbenz y otros personajes lograron encajar en México y disfrutar de las bondades de este país, luego de que tuvieron que salir de sus naciones de origen.

Sin embargo, México también ha negado el asilo como sucedió en el caso del Sha de Irán (Mohamed Reza Pahlavi), quien recibió solamente la visa de turista y cuando se venció esta se le negó el asilo o el refrendo de la misma visa, por lo que hubo de refugiarse en Egipto, lugar en el que murió pocos meses después de vivir unas semanas en México.

En el caso de Evo Morales, el depuesto Presidente de Bolivia, el asilo le fue concedido por razones humanitarias, luego de que renunciara a la Presidencia de su país, la que terminaría en enero del año próximo fecha en la que iniciaría un nuevo período, después de ser reelecto.

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