DE FRENTE Y DE PERIL / RAMÓN ZURITA SAHAGÚN / ¿SE TERMINARÁ EL FINANCIAMIENTO A LOS PARTIDOS? @RevistaPersonae
Durante décadas los partidos políticos tenían que sufragar sus gastos de campañas con recursos propios, los de sus militantes y simpatizantes, con la excepción del entonces poderoso Partido Revolucionario Institucional, quien se alimentaba de las finanzas públicas.
Eran los tiempos de partido único, con un organismo político en simbiosis con el gobierno y donde lo principal era lo que el secretario de Agricultura, Óscar Brauer Herrera ponderaba: los campesinos están organizados para votar, no para producir.
El cinismo electoral era grande y como partido monolítico, el priismo lo exaltaba, ya que escasas posiciones perdía en los comicios. Si acaso alguna diputación federal o ayuntamiento. Las posiciones grandes las ganaba de todas, todas: Presidencia de la República, gubernaturas todas y senadurías igual.
Fueron años difíciles para la oposición al tricolor que tenían que conformarse con las diputaciones de partido o, más tarde, de representación proporcional. En esos años se acuñó la frase, la oposición gana los debates, pero el priismo las votaciones.
Así transcurrieron los años, hasta que en una de las tantas reformas de la ley electoral, se acordó que los partidos recibirían subsidio por parte del gobierno para el financiamiento de campañas, candidatos y su plantilla laboral, en un intento por darle equidad a la competencia electoral.
Los partidos minoritarios aprobaron de inmediato la medida, aunque Acción Nacional se rehusó a ello y se mantuvo al margen por un tiempo.
Poco antes de ello, el priismo comenzó a perder elecciones, entre ellas la primera gubernatura, la de Baja California, en la que se perpetuó por treinta años y corre el riesgo de perderla.
En aquellos años, la presencia del crimen organizado se hizo más notoria y la participación del mismo en el patrocinio de candidatos y partidos pasó de sospecha a realidad palpable.
De ahí que se mantuvieran los subsidios a los partidos, de acuerdo a la votación recibida en los comicios anteriores y se permitió la participación de nuevas organizaciones políticas, las que contaban desde un inicio con recursos para su financiamiento.
Los comicios se hicieron más competitivos y bajo la premisa de mantener el subsidio a los partidos, se presentaron algunas conjeturas sobre el futuro de esta medida.
El dispendio en los gastos de partidos alertó a muchos que consideraron necesario eliminar esta medida y regresar a los tiempos en que los partidos busquen sus propias fuentes de financiamiento y ese dinero regrese a las arcas públicas para destinarlo a otros fines.
Partidos y personajes de la vida políticas han accedido, aunque en realidad ninguno de ellos lo propuso en el terreno de los hechos.
Ahora llega nuevamente a la discusión pública, eliminar el subsidio de los partidos y hasta se menciona que MORENA, el partido mayoritario en ambas cámaras del Congreso de la Unión prepara una iniciativa para desaparecer el financiamiento público a los partidos o cuando menos disminuir los recursos que se destinan a esas tareas, aunque queda la duda sobre la injerencia de los grupos delincuenciales que pululan por todas las zonas del país.
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