DE FRENTE Y DE PERIL / RAMÓN ZURITA SAHAGÚN / ¿VALE EL PRI CIEN MILLONES? @RevistaPersonae
Son seis los aspirantes a presidir el Partido Revolucionario Institucional, aunque seguramente no será aceptado el registro de todos ellos para competir por la dirigencia del maltrecho partido.
Los cálculos previsores del costo de la elección rondan los 100 millones de pesos, una cifra estratosférica para lo que hoy representa el PRI.
De los seis postulantes tres de ellos han sido gobernadores de estados del sur del país, uno más secretario de un gabinete presidencial y los dos restantes (de los que se duda alcancen el registro) son militantes menores.
Alejandro Moreno, gobernador en funciones de Campeche; Ivonne Ortega, ex gobernadora de Yucatán y Ulises Ruiz, ex gobernador de Oaxaca, forman junto con el ex secretario de Salud, José Ramón Narro, el compacto grupo de los aspirantes con posibilidades, mientras que José Ramón Martell y Lorena Piñón, son vistos con indiferencia.
El calendario de la competencia partidista se elaboró de la siguiente manera: el 22 de junio se solicitará el registro de los aspirantes, el 25 se informará quienes lo obtuvieron, en tanto que la campaña iniciaría el 26 de junio, es decir un día después de ser notificados, para que la elección se desarrolle el 11 de agosto y el 14 se entregará la constancia de mayoría y pronto, el 18 de agosto rinda protesta el ganador, como nuevo dirigente nacional del partido tricolor.
Cada uno de los candidatos podrá ejercer un tope de gastos hasta de 4.2 millones de pesos para su campaña, por lo que de ser aprobados los seis sería una cifra superior a los 25 millones de pesos.
En medio de una terrible crisis interna que pasa de lo político a lo económica, los priistas irán a las urnas, con el padrón que tiene el INE que supera los seis millones de afiliados y que algunos han criticado, aunque no validarán a los militantes registrados durante la presidencia de Claudia Ruiz Salinas, quien terminará el período de cuatro años para el que fue electo Manlio Fabio Beltrones, al que siguieron Enrique Ochoa y René Juárez.
No es la primera ocasión en que el PRI enfrenta una crisis financiera, ni mucho menos política, pero como esta ninguna, ya que las derrotas sufridas en los comicios presidenciales del 2000 y 2006 obligaron al partido a solicitar préstamos y hasta hipotecar sus edificios sedes.
Esta ocasión tendrá como recurso algo similar, ya que los dineros que enviaban los gobernadores que siempre rondaron en número de 20 ya no será posible, pues aunque existen una docena de gobernadores de extracción priista, los Congresos de esos estados están dominados por la oposición.
Vale destacar que cinco de los seis aspirantes son considerados desempleados y el único que tiene un cargo público es el gobernador de Campeche, el que tendrá que dejar el gobierno estatal para competir y en caso de ganar, el Congreso deberá designar un gobernador interino.
La moneda ya está en el aire y aunque se hable de una disputa de dos entre el mismo gobernador de Campeche, Alejandro Moreno y José Ramón Narro, se vislumbra la posibilidad de una alianza entre Ulises Ruiz e Ivonne Ortega para contender como fórmula.
El escenario de los priistas no es el más idóneo y de lo que resulte el once de agosto podría darse otra desbandada de la militancia.
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