“DE PIEL SENSIBLE Y TRANSPARENTE” @ethelriq en @LaCronicaDeHoy #Domingueando

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

En la política, siempre será un problema tener la piel sensible, pero en materia de comunicación política, hay algo peor, tener la piel también transparente al grado de no ser visto, de ser ignorado, de ni ser tomado en cuenta en las decisiones que le otorgan las atribuciones constitucionales, ni las ejecuciones que le asignan el Plan Nacional de Desarrollo. Nada más triste y sin embargo, ambas, piel sensible e invisible las reúne hoy por hoy la Secretaría de Marina Armada de México, otrora la de mayor reconocimiento y promoción social.

En el gobierno de mejor comunicación política y social, directa con la población, diaria, absolutamente circular gracias a las redes sociales e interactiva por la enorme posibilidad de producciones y piezas multimedia, la Armada de México ha perdido presencia, a tal grado que se ha vuelto invisible.

Sus eventos, homenajes y celebraciones ya no se realizan en sus propias instalaciones, ya no se organizan desde el alto mando de la dependencia, sino en las oficinas de la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente, quien también maneja la lista de invitados, y con discursos que pasan por el visto bueno del Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.

La decisión reciente de circunscribir la operación de la Armada de México únicamente a los puertos nacionales o su participación en el territorio únicamente cuando sea a petición y bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional, además de la obligación de no entablar comunicación con armadas, ejércitos o similares de otras naciones sin dar parte y conocimiento primeramente a la Sedena y quedar enmarcados apenas como una guardia marina dedicada a cuidar las violaciones en los puertos, ha calado hondo en la ofensa y la indignación de las mujeres y hombres de mar.

Pero la indignación no ha sido tan grande como la molestia desatada estos últimos días por las críticas periodísticas y comentarios en redes hacia la Secretaría de Marina por su progresiva. La molestia del secretario de Marina, almirante Rafael Ojeda Durán, ahí sí, ha sido visible. La forma violenta de sus respuestas, los rechazos y revires, la confrontación como forma de atender a la prensa ha determinado que la institución haya empezado a considerar una serie de entrenamientos de sus funcionarios en materia de comunicación política.

Una medida que arrancó esta semana dejando dudas y creando más críticas de las que en teoría querían solucionar.

La estrategia de comunicación de la Marina Armada de México para tratar de ser visible ante los ojos del mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador arrancó mal y de malas. Empezó por tratar de confirmar de qué tamaño es el desdén del Presidente hacia esa institución señalada por sus cercanos vínculos con las Fuerzas Armadas estadunidenses, justo una característica de la cual deberían sentirse orgullosos por su alta capacitación y capacidad ejecutora.

La Marina convenció, adquirió o maniobró para que en plena conferencia de prensa matutina, periodistas preguntaran al presidente López Obrador si existía la intención de su gobierno para adherir a la Armada de México a la Secretaría de la Defensa Nacional, revelando la preocupación más grande que ronda en los pasillos de su Cuartel General, lo que significaría la desaparición formal, ya definitiva, de una institución que va desdibujándose.

Y si la pregunta fue evidente y la forma un exceso de la mala comunicación que ahora identifica a esa dependencia; la respuesta del Presidente, una verdadera burla. López Obrador aseguró entonces que no hay ese plan, que las dos dependencias, Marina y Defensa son muy importantes para México, cuando en realidad, en la Comisión de Defensa Nacional del Senado de la República sí descansa una carpeta con proyecto de decreto para que la Armada sea absorbida por la Sedena cuando la Semar haya completado de asumir la totalidad del control de los puertos, la administración de los mismos, las tareas que antes tenía la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y tenga garantizado la totalidad de procesos.

Entonces, la sensibilidad ya no tendrá importancia, será absorbida por la invisibilidad.

 

Ethel Riquelme

Twitter: @ethelriq