DEPORTACIONES AFECTAN LA SALUD DE LOS INMIGRANTES DESDE EL EMBARAZO : DE LA FUENTE.
CIUDAD DE MÉXICO.- Juan Ramón de la Fuente se dice preocupado por la relación con los Estados Unidos, así como las marchas ocurridas el domingo pero sobre todo por “las necesidades que tienen nuestros paisanos, los migrantes (…) sobre todo los indocumentados.”
El exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México resaltó que el grupo de mexicanos sin documentos legales en aquel país “es la más alta de todas las prioridades, mucho más que el TLC (Tratado de Libre Comercio) que no es que no sea importante y, desde luego, me olvido de los muros porque el señor (Donald) Trump tiene los muros dentro de la cabeza…”.
En su colaboración para el noticiero de Joaquín López Dóriga, el catedrático denunció que los mexicanos comenzaron a ser deportados, según el Washington Post y otros medios internacionales.
Como médico, De la Fuente ha investigado sobre la salud de los migrantes detenidos y deportados, “qué pasa con la salud mental de sus familiares. He encontrado en estos días que he hecho investigación en el tema, cifras que me parecen dramáticas.”
El caso de Guadalupe García, una mexicana de 32 años que ha vivido en los Estados Unidos y fue deportada cuando acudió a reportarse en la Oficina de Migración, fue lo que despertó su interés para investigar el caso.
Durante la administración de Barack Obama se estableció que a esas mujeres u hombres que mostraran buena conducta y, sobre todo que tuvieran hijos nacidos en ese país de padres inmigrantes muchos indocumentados, se les permitiría la estancia.
“Hay por lo menos cuatro y medio millones de niños en los Estados Unidos ciudadanos norteamericanos en los que por lo menos uno de los dos, padre o madre, es ilegal. Son familias en consecuencia que están en condiciones muy vulnerables. ¿Qué pasa cuando uno o los dos son deportados?”, explicó.
Mencionó que así como un padre puede transferir la nacionalidad a su hijo, lo mismo debería ocurrir a la inversa, que los menores al cumplir 21 años puedan dar la nacionalidad a sus padres.
Citando estudios de las universidades de Michigan y Nueva York, se ha demostrado que los estragos generados por las deportaciones, “son realmente de proporciones muy alarmantes, que empiezan desde el embarazo. Cuando las madres saben que están en riesgo de ser deportadas, está documentado que tienen una tendencia a que sus bebés nazcan con menos peso, menos de 2.5 kilogramos…”.
Pero “cuando la vida avanza para los hijos de nacionalidad norteamericana, con padres indocumentados, empiezan a tener problemas de aprendizaje, de bullying, de marginación, de aislamiento, de ansiedad y conforme van creciendo aparecen otros problemas…”.