DETECTAR ALERGIAS EN LA INFANCIA INCREMENTA POSIBILIDADES DE CURA : SS
Una alergia es una enfermedad desencadenada por una reacción exagerada del organismo hacia un factor ambiental; se manifiesta principalmente entre los cinco y 10 años de edad, así como en la adolescencia.
Los niños diagnosticados en etapas iniciales tienen altas probabilidades de cura o de remisión por completo de un problema alérgico.
Están relacionadas principalmente con complicaciones en vías respiratorias como rinitis y asma; se desencadenan por la inhalación de ácaros de polvo, polen, caspa de animales como gatos, perros, caballos y conejos, así como esporas de hongos.
Los síntomas pueden ser escurrimiento y congestión nasal, estornudos y comezón, similares a los de una gripe común; sin embargo, la diferencia radica en que los cuadros se repiten hasta dos o tres veces por mes y no ceden con el medicamento.
Otros pueden ser parecidos a la conjuntivitis, es decir, inflamación en los ojos con enrojecimiento y lagrimeo frecuente.
En el caso de las alergias en piel, se caracterizan por resequedad que produce mucha comezón, presencia de escamas e inflamación que se presentan cuando hay exposición al polvo o en cierta época del año, así como después de consumir un medicamento o alimento en específico.
Los síntomas pueden controlarse con medicación; sin embargo, una vez que ésta se suspende pueden volver a presentarse e, incluso, de no recibir tratamiento específico, la enfermedad alérgica progresa.
En adultos, la reversión de las alergias es muy complicada debido que el sistema inmunológico se encuentra maduro y únicamente puede controlarse.
Algunas recomendaciones para evitar el desarrollo de alergias son la alimentación al seno materno durante el primer año de vida, así como evitar que los bebés consuman alimentos sólidos antes de los seis meses de edad.
Para efectuar una valoración y encontrar factores de riesgo que determinan la existencia de un cuadro alérgico, es necesario acudir con el alergólogo e iniciar un tratamiento específico.