#DiaDeLaVisibilidadTrans O QUE TODXS LXS CUERPXS ESTÉN MUY ATENTOS / FABIOLA DÍAZ DE LEÓN, ESCUELA DE SEÑORITAS #JuevesDeMasColumnas

NACIONAL

El 31 de marzo es el día de la visibilidad trans, de ese sector poblacional que goza de ser el más discriminado y atacado de todxs y que, por desgracia, viene sufriendo ataques irracionales e ilógicos de parte de una facción que se llama “radical” del feminismo clamando el risible “borrado de mujeres” a manos de las identidades trans y no binaries.

Digo risible en el amplio sentido de la palabra porque la risa es un arma infalible ante el fascismo del discurso que usan para atacar; mientras las, les y los trans puedan reírse de los ataques de feministas rabiosas que defienden una hegemonía vaginal ante cualquier variante de una genitalidad que resulta decimonónica en sus posturas academicistas y teóricas fundamentadas en paranoias de género y hembrismos totalitarios. “Tu inexistente vagina biológica elimina la mía.” ¿Cómo no reír?

“La existencia de infancias trans es abuso infantil.” Más risa me da a mí que fui el niño del Margarita de Escocia durante kinder, preprimaria y primaria. Tengo a todas mis compañeras de generación para que atestigüen que así fue.

Mis papás me dejaron ser el niño de la casa, no importaba lo que dijeran las psicólogas de la escuela de niñas católicas. Fueron empáticos y condescendientes. Eso lo merecen todes les niñes y el Estado tiene la obligación de darles la personalidad jurídica que quieran vivir a la edad que lo requieran.

No transicioné porque durante la pubertad mi ser mujer no me pidió ser hombre y eventualmente (y de forma muy tardía) me identifiqué y definí como lesbiana y adopté toda la filosofía homosexual -primero como loca o joto desde mi contacto con la maravillosa Gorda Alcaraz, el maestro José Antonio Alcaraz, que hizo de la jotería una forma de vida y un arte de uso de la inteligencia siempre para lograr la carcajada más estruendosa y serpentear entre mundos de una belleza y estética elevadísima en cada uno de sus actos y clases. Desde un simple café hasta un montaje de ópera era una delicia con la Gorda, mi madre.

Después vino el mundo de las lesbianas donde tuve contacto y posibilidad de descubrir a las mentes más avanzadas y deliciosas de esa micro sociedad de la ciudad de México. Verdaderos portentos de vida y discurso mental como Liliana Felipe, Jesusa, Claudia Hinojosa, Adriana Noemí Ortiz Ortega, Juliana Faesler, Marisa de León, Ximena Cuevas, Denisse Camargo y para rematar las grandes: Chía García Noriega y Astrid Hadad, por mencionar solo a algunas. La lista es interminable porque tuve el privilegio y la gran suerte de codearme con la crema y nata de la política e intelectualidad de los 90.

Ya desde el 9 original que Henri Donnadieu manejaba de manera excepcional tuve la oportunidad de ver a la Bogue por primera vez, esos dos metros de belleza, como ella se define, me hipnotizaba, fue la primera persona trans que pude contemplar en vivo ya en una edad semi adulta. Fue como 10 años después que pude trabajar con ella y hacerme su amiga, su hermana, su comadre. Mi primer impulso fue cobijarla, era invierno y hacía frío en CDMX. Le compré pants, un calentador para su casa y una Barbie que desde que la vio se le fueron los ojos. A partir de ahí han aparecido personas trans en mi vida que han sido

maravillosas, a la fotógrafa Viviana Rocco ya la perdimos, pero su foto de la novia vive enmarcando mi cama, Gala Gutiérrez me llena de orgullo, Sara Magali Rojas, la gran Dra. Daniela Muñoz Jiménez es de mis últimas adquisiciones al hall de los grandes afectos de mi vida y mi adorado ahijado Ganesh, Alex Portillo. Ninguno han sido objeto de mis pasiones, son amores y afectos que atesoro mucho y si encuentro una mujer (cis o trans) que tenga el discurso mental y el sentido del humor de Natalie Wynn no dejaría de corretearla hasta que accediera a recibir mis no solicitados amores.

Porque como indica el actual Paul B Preciado en su Terror Anal: somos tubos dérmicos que empezamos en la boca y acabamos en el ano. El órgano que nos contiene es la zona erógena más expuesta y eficaz, la piel. Las formas de genitalidad y el rostro importan poco si entendemos al ser como una entidad libre de etiquetas y comportamientos condicionados socialmente en un sistema binario entre lo masculino y femenino, entre lo que penetra y lo que es penetrado, entre lo heterosexual y lo homosexual y, en la actualidad, entre lo cisgénero y lo transgénero.

Las diferencias las crea la sociedad-estado, no las personas, a las personas nos toca amarnos y cobijarnos, contenernos y apoyarnos, ver que los privilegios que puedo gozar como persona los puedan compartir los, las y les otrxs; ese es el llamado a la revolución de la utopía libertaria del siglo XXI.