DIOS SALVE AL REY @feraguirrermz #JuevesDeMasColumnas EN @Excelsior

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Diecisiete meses después de su ascenso al trono, el Palacio de Buckingham sorprendió al mundo y anunció que el rey Carlos III de Inglaterra fue diagnosticado con “un tipo” de cáncer. La noticia vino a cimbrar a una sociedad inglesa que apenas se recupera del duelo por haber perdido a la reina Elizabeth II, y que no reparó que su actual monarca, pese a la vitalidad que quisiera imprimir al nuevo reinado, rebasa los 75 años, lo cual lo hace más proclive a padecer una eventual enfermedad.

El momento no podría ser peor para Carlos, cuando hoy por fin goza de las mieles de ser el monarca junto con su querida Camila, después de una prolongada espera, y sobre todo, que nunca antes había alcanzado altos niveles de aceptación y popularidad entre los británicos luego de su desastrosa historia de amor con Diana Spencer.

A más de año de su reinado, la encuestadora YouGov, presenta sondeos en donde el soberano sajón tiene 66% de opiniones favorables frente a 26% negativas. Presenta 96% de conocimiento y 51% de popularidad. Además, actualmente, 62% de los británicos considera que en el Reino Unido debe continuar la monarquía, frente a 26% que opina que el país debería tener un jefe de Estado electo y 11% se muestra indeciso.

En el mismo sentido, 58% de los encuestados piensa que la institución representa algo bueno para el Reino Unido, y sólo 21% considera lo opuesto, el otro 21% no lo considera ni bueno ni malo.

Es, entre los jóvenes británicos donde se percibe la división, entre mantener o no una monarquía, en el grupo de los 18 a 24 años, 37% está a favor de conservarla, mientras que 40% prefería que se elija democráticamente a la cabeza de Estado. En contraste, son los grupos de adultos mayores, arriba de 65 años, que muestran un decidido apoyo a la realeza con un respaldo de 80 por ciento.

De los miembros de la familia real más populares se encuentran, el príncipe Guillermo con 77%, el cual tiene al apoyo de la mayoría de los grupos poblacionales, seguido de su esposa, Catalina de Gales con 74%; la reina Camila tiene 50% de aprobación, 39% en contra y 11% de indecisos; los peor evaluados que van en caída libre y que prefieren no saber de ellos, siguen siendo el príncipe Enrique 28% y Meghan Markle con 23 por ciento.

Está claro que la juventud inglesa no se siente representada por la monarquía, de ahí que sea el interés de la corona que Guillermo participe activamente en las actividades de la familia real y más ahora durante la indeterminada ausencia de su padre, en la que se le ha elegido que sea él principalmente quien encabece el mayor número de eventos posibles. Un entrenamiento que lo pondrá a prueba para algo que tendrá que enfrentar algún día.

La enfermedad de Carlos III sumerge al Reino Unido en un espiral de preguntas que al momento no han tenido respuesta. ¿Qué tipo de cáncer padece el rey? ¿Cuál es su verdadero estado de salud? ¿Está en condiciones de seguir al frente de la monarquía o se debe pensar en una regencia o abdicación?

Preguntas a las que hoy no está obligada a contestar la Casa Real británica, pero en la vorágine de acceso a la información alcanzada en el siglo XXI, en gran medida por las conquistas sociales, la tecnología y las redes sociales, no se puede dar a conocer algo a medias tintas, más si se quieren evitar especulaciones o filtraciones.

Por ello, una vez abierta la caja de Pandora, no cabe duda de que se verán obligados a transparentar y ofrecer informes puntuales sobre el estado de salud del monarca, un tema en el que el propio Carlos quiere diferenciarse y sentar un precedente respecto a sus ancestros, y máxime cuando se trata de un tema que es de sumo interés para el pueblo del Reino Unido.

Ese país en el que hoy, 53 de cada 100 británicos, siguen con atención la evolución y tratamiento contra el cáncer de Carlos III y entona con fervor, “Dios salve al rey/ que lo haga victorioso/ feliz y glorioso/ que tenga un largo reinado sobre nosotros/ God Save the King”.