EL NACIMIENTO DEL HASHTAG #BlackLivesMatter FABIOLA DÍAZ DE LEÓN / ESCUELA DE SEÑORITAS @escdesenoritas PARA CERRAR CON BROCHE DE ORO #JuevesDeMasColumnas
Desde 2013 a raíz del asesinato de un adolescente a quien la policía mató a tiros y tras haber sido absuelto el responsable, un oficial blanco de apellido Zimmerman, Patrisse Cullors, Opal Tometi y Alicia Garza se encumbran como las fundadoras de este movimiento que nació tras la creación del hashtag #BlackLivesMatter y se a encumbrado en el movimiento de derechos civiles más importante de la década.
Las redes sociales jugaron un papel importante en que fuera posible ya que fue a raíz de una publicación de Alicia Garza en Facebook donde se refiere que por el asesinato de Trayvon Martin y la absolución de George Zimmerman era impresionante lo poco que importaban las vidas negras. De ahí retoma Patrisse Cullors compartiendo el post y agregando el HT #BlackLivesMatter que empezó a ser replicado miles de veces en un día. Opal Tometi, hija de inmigrantes nigerianos, hizo todo el diseño digital para que el movimiento tuviera el alcance electrónico; compró el dominio e hizo todas las cuentas en redes sociales.
Estas tres mujeres han revolucionado en 7 años y meses lo que desde la guerra civil no se ha logrado en el país del norte. Poner la brutalidad de los blancos hacia otras etnias en el centro de los titulares del mundo y hacer una lucha de resistencia organizada que ha recorrido el país de punta a punta sin dejar un sólo condado ignorante de su lucha. Tanto así que otros HT salieron como el #WhiteLivesMatter #AllLivesMatter y por último: #BlueLivesMatter. El primero defendiendo la muerte de gente blanca, el segundo englobando para minimizar la importancia de la violencia de Estado focalizada contra grupos racializados y el tercero abiertamente defendiendo la vida de los policías.
La lucha ha llegado al norte de África e India.
La historia de los países de origen europeo se distingue por su violencia hacia pobladores de zonas colonizadas por ellos. Son explotados, esclavizados, colonizados o eliminados en genocidios que no tienen cabida en la historia de la civilización. Las grandes economías europeas y de raza blanca en otros continentes se distinguen por esta cualidad. Todas están fincadas en la falta de derechos y explotación de otros. Desde la Grecia clásica hasta los Egipcios pasando por todas las culturas la humanidad ha creado riqueza esclavizando a la humanidad. Pareciera que nunca vamos a vernos liberados de ese afán dominista que se nutre desde cada hogar hasta cada empresa cruzándose por la extrema expresión de la trata y sus variantes.
El profundo racismo, clasismo y superioridad ante el diferente sigue atravesando lo que conocemos como actualidad y es una vergüenza para el género humano que en el siglo XXI poner el valor de una vida sobre la otra por su color de piel, género, edad, orientación sexual, capacidad económica o identidad de género siga pasando cuando en teoría, en el papel de las leyes, en la mayoría de los países debería ya haberse superado. De todos los fenómenos la aporafobia (el odio a los pobres) es la peor de las expresiones. Mantiene a poblaciones enteras en situación de vulnerabilidad, riesgo y marginalidad por una cuestión que es totalmente intangible. Tal es el caso de los pueblos originarios en México: detentan grandes extensiones de tierra y su productividad y recursos naturales son invaluables, de ahí que se les acose y desplace para hacerse de sus bienes, porque no podemos dejar de verlos como los “pobres”. La pregunta es: si son tan pobres ¿porqué son despojados de sus riquezas? Es una contradicción que solo puede partir de la ceguera de Estado y el profundo sentimiento de supremacía que sentimos por ser de alguna manera más poderosos. Nada de eso, los movimientos sociales no son los “pobres” de la historia, son los vencedores. Las mujeres, dominadas por débiles, los negros, dominados por haber sido esclavos por siglos, los indígenas, por haber sufrido una colonización brutal y la exclusión del Estado sistemáticamente, las minorías (que sólo lo son en nombre) sexuales y género divergentes, sumados no son menores en número al 1% que detenta la riqueza. Tarde que temprano se va a nivelar la balanza y se invertirán los roles.