EL PAPA LLAMA A VATTIMO, EL FILÓSOFO DEL PENSAMIENTO DÉBIL @sacroprofano @vatican_es
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO.- Una conversación espontánea. Breve pero amena. Así fue la charla entre el Papa Francisco y Gianni Vattimo, algunos días atrás. El pontífice quiso agradecer un libro que el filósofo italiano, ex político de izquierda y “padre” del llamado pensamiento débil, le envío de regalo a través de un amigo en común. Ambos nacieron en 1936, y fueron protagonistas de su tiempo. “Este Papa me quita la vergüenza de declararme católico”, apuntó el pensador, en su relato de aquel contacto telefónico al Vatican Insider.
“El hecho de que se haya tomado el tiempo para llamar tiene un gran significado, me conmoví y emocioné por esto, qué puedo hacer. El Papa es siempre el Papa, como yo soy un creyente y creo sobre todo en la Iglesia, es claro que el haber hablado con el Papa me impacta profundamente”, siguió.
El responsable de la peculiar comunicación fue Luis Liberman, argentino, fundador y director general de la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro. Él pasó primero por Turín y después por la Casa Santa Marta, en el Vaticano. El filósofo quiso mandarle a través de él una copia de su más reciente obra al líder católico. Así un ejemplar de “Essere e dintorni” (Ser y sus alrededores) llegó hasta las manos de Bergoglio.
“Él se lo llevó, el Papa lo hojeó, hablaron sobre eso y Luis me llamó mientras estaba sentado junto él, que tomó el teléfono y hablamos un poco. Me dijo que me agradecía del libro, yo le traté de explicar que es un libro de filosofía sobre (Martin) Heidegger, me alegra mucho que al Papa le haya interesado, hablamos un poco sobre estos argumentos”, contó Vattimo.
Él se mostró convencido que la teología católica necesita una renovación y propuso, casi en clave polémica, al pensamiento de ese filósofo alemán para impulsar el cambio. Sobre todo por su crítica a la metafísica. Esta crítica, consideró, puede ser útil a la teología católica en la época de Francisco.
“Esto es lo que yo le dije al teléfono, no se si él se convenció de esto o no. Estaba bastante interesado pero claro, es un interés como el que puede tener el Papa en estas cosas, teniendo un montón de otras cosas en las cuales pensar. Igualmente, no creo vaya a haber pronto un cambio en la teología católica”, apuntó el profesor universitario, totalmente lúcido no obstante sus 82 años y los evidentes achaques propios de la edad.
Ya casi retirado de la vida intelectual, “Essere e dintorni” parece ser su contribución final. “No se si es perfecto, pero es el mejor aporte que puedo dar considerando mis fuerzas”, aseguró, tras reconocer que escribió ese libro porque “cree mucho en él”. En su propias palabras, el texto dice que “debemos luchar para hacer sobrevivir a la humanidad de la potencia niveladora de la tecnología y del capitalismo”.
No obstante su pasado de convencida militancia comunista y su empeño en la dirección nacional del “Coordinamento Omosessuale” de Italia, él mismo asegura que nunca dejó de ser católico. Incluso cuando periodistas y observadores lo convirtieron en un ícono agnóstico. No olvida su paso por la Juventud Estudiantil de la Acción Católica, y su infancia en oratorio. Tampoco puede negar su adhesión al Partido Radical, a los Democráticos de Izquierda y a Italia de los Valores, lista por la cual fue elegido europarlamentario en 2009. Aunque siempre reivindicó su pertenencia comunista.
Pasado ese tiempo afirma que, hoy por hoy, se siente más católico que un hombre de su tiempo. Pero se identifica en el “catolicismo de Francisco”. Reconoce que en el pasado no se declaraba tan abiertamente católico porque sentía esa identidad “como un peso”. Pero ahora se siente más contento de pertenecer a la Iglesia, sobre todo por el Papa actual.
“De Francisco me impacta su novedad, también el hecho de que llame por teléfono. Es un Papa nuevo con respecto a aquellos a los cuales estábamos acostumbrados antes. Además, su forma de presentarse al mundo, yo digo siempre que un Papa como este me quita la vergüenza de declararme católico, en el sentido de que declararse católico es siempre un problema. Te suelen decir: ‘Pero cómo, ¿crees en esas cosas?’. En cambio con este Papa no tengo ningún embarazo en el decir que soy católico”, explicó.
Y precisó: “Yo espero que las cosas que él está haciendo dejen una huella importante en la Iglesia, el problema es que la Iglesia no es solamente el Papa. Debo aceptar que, todavía, no veo una gran transformación en la Iglesia en general, me parece que todavía hay una gran inercia, una especie de pereza en el gran cuerpo de la Iglesia que exige tiempo para transformarse. Al Papa le falta todavía avanzar más, me parece que es un poco lento en el decidir las novedades, pero él es el Papa y yo soy un simple fiel periférico”.