EL PRESIDENTE NO INTERVENDRÁ EN EL PROCESO ELECTORAL
MARU ROJAS
@MaruenFormula
“La democracia es como una discusión, tiene sus defectos, porque la gente tiene sus defectos como propietario, como tienda…”: Tomáš Garrigue Masaryk, primer presidente de Checoslovaquia
Esta semana el Presidente Enrique Peña, escogió una zona de “confort”, para expresar lo que siente, tal cual se lo dirías a un amigo o familiar, así como lo discutimos y escuchamos que los demás debaten durante el café.
Fue en el Municipio de Acambay, Estado de México, “tras lomita” -dijo él- de Atlacomulco, sus tierras, sus raíces, donde agradeció el apoyo de su gente, de los que con su voto lo llevaron a la gubernatura y luego a la presidencia, mencionó uno a uno a sus colaboradores de entonces y de ahora, de los que como equipo comenzaron juntos en dicha entidad.
Para llegar al mensaje que deseaba transmitir: que se mantendrá al margen de la contienda porque en un país democrático, como el nuestro, el poder en las urnas es del pueblo, pero hoy este país no está debatiendo democráticamente quién será su Presidente, vivimos un país enfrentado, dividido y con un coraje alimentado por las “FakeNews” de las redes sociales.
Mentiras que ciegan, que desvían y como ya lo había dicho antes, que ponen a una sociedad en riesgo de tomar decisiones, de las que después podríamos arrepentirnos… Así el Presidente dijo textual:
…“Yo no me voy a meter a hablar, ni voy a hablar de los procesos electorales, porque advertí que como Presidente de la República seré absolutamente cuidadoso y observador de la legislación electoral.
Y no hablaré ni tomaré posición sobre lo que ocurre en la justa democrática que ya se avecina en esta competencia, pero sí quiero hablar y creo que estoy en derecho a hacerlo, de lo que como país hemos tenido, hemos alcanzado.
Levantar la voz para decir: a ver, aquellas voces que señalan de manera crítica, muchas de ellas con razón y con acierto en lo que aún nos falta por alcanzar, pero, también, demandar el reconocimiento a lo que sí hemos hecho, a los avances que hemos logrado, a lo que hemos generado como sociedad.
Y que no permitamos que la competencia democrática, que es sana, que es favorable a nuestra condición de país por su vocación democrática nos divida como sociedad…”
Sería ingenuo pensar que el personaje que lleva las riendas de un país, que toma las decisiones políticas y ungió al candidato de su partido, no intervendrá en unas votaciones que serán históricas sea cual sea el resultado, pero también es cierto que es poco válido dividirnos solo por practicar el juego estéril de creer que toda la culpa de nuestras desgracias, tienen origen en el gobierno.
No conozco persona que sin importar nivel social, no cumpla sus metas en este país si se esmera, …cuando por esta profesión se conocen realidades, en otras partes del planeta donde el uso de internet es limitado a unos cuantos como en China, por temor a una rebelión que pudiera gestarse a través de las redes sociales.
Donde enviar un mensaje de “WhatsApp” te lleve minutos casi horas por su pésima tecnología, como en Paraguay, dónde no existe libertad de viajar a la región del país y del mundo que te plazca en vacaciones, de no poder vestirte lo escotada que el clima te inspire como en los países árabes, o que tengas racionada la carne y las medicinas, como en Venezuela
“Mal de muchos, consuelo de tontos”, dice el dicho, pero cuando nos quejamos de la corrupción, de los partidos y del régimen; pero si pedimos a los amigos nos metan en la fila sin formarnos, nos chequen la tarjeta en el trabajo, mentimos piadosamente a los hijos cuando no cumplimos lo que les habíamos prometido, …será porque nuestros políticos nos contagiaron?
Tiene entonces, mucha razón el Presidente en algo que no queremos ver, ya no somos el país bananero del indio con sombrero todo el día dormido en el campo a lado de un maguey, ya no nos perciben solo como charros con espuelas, en los foros mundiales tienen la referencia de México, como el país que se atrevió a cambiar, país de gente linda, amable, cálida… y realmente así somos todos o nada más el gobierno.
Se nos olvida, o muchos jóvenes que ahora hasta componen canciones groseras, deseando la muerte de un partido o de un Presidente, no habían siquiera nacido cuando “crisis” era nuestra situación económica permanente, cuando el dólar pasó de 11 a 22 pesos en los 80’tas, o la crisis del 94 que llevó a muchos a la quiebra o al suicidio al pasar sus deudas a UDIS impagables, que les llevó a perder su patrimonio por el que trabajaron toda su vida, crisis que destruían matrimonios y llevaban al cierre a miles de empresas.
Hoy que vemos que se construyen plazas comerciales que desde se inauguran se atascan de consumistas empedernidos, que se agotan los vuelos en fechas pico, pero eso si los que gastan y viajan y comen en los mejores restaurantes de este país, son los que más se quejan del gobierno y de una situación de crisis que no padecen.
Entonces, porque dividirnos por lo que falsamente se publica en redes, porque abandonar esa solidaridad que nos nació en los sismos, porque no ceder el lugar en el transporte a las damas, o porque acelerar, cuando en el tráfico el del carril de a lado nos prende una direccional, porque no ceder el paso, porque no ser más tolerantes.
Quizá porque como bien dice el Presidente Peña, es cuestión cultural, de cambiar mentalidad y creérnosla que podemos ser potencia mundial en todo, comenzando en el hogar; quizá por qué como lo menciono alguna vez “…ningún chile nos embona”