EL PRI: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA. EL RECUENTO @MARTHAGTZ #JuevesDeMasColumnas en @elheraldo_mx

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Si bien es cierto que, al igual que al alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) —Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes—, como vulgares sicarios, fueron quienes pusieron sobre el carro de la historia la cabeza decapitada del PRI, al revocar la decisión del Consejo General del INE que invalidaba los arbitrarios acuerdos tomados por Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” y su grupo durante la Asamblea Nacional Ordinaria del 7 de julio de 2024, validando su reelección. El PRI ya mostraba un severo desgaste.

A mediados del sexenio de Enrique Peña Nieto, el PRI gobernaba el 60% del país. Los primeros síntomas de su debilitamiento se presentaron con la caída de más de 15 puntos entre 2015 y 2018, como resultado de la incapacidad de la élite priista, sus dirigencias y sus candidatos para entender el deseo de cambio de la sociedad ante el hartazgo, y actuar en consecuencia.

Su falta de sensibilidad, improvisación, escaso análisis, y la negativa a reformar al PRI, entre otras causas, precipitaron desde entonces su caída y la pérdida de espacios en todos los subsecuentes procesos electorales.

A pesar de todo, por su amplia presencia territorial, por sus raíces y por sus sólidos cimientos, si alguna posibilidad tenía el PRI de recuperarse, esta le fue arrebatada al ratificar la decisión del TEPJF que validaba la reelección de “Alito” y las modificaciones a los estatutos del PRI. Para eso no se creó el TEPJF.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fue creado como garante de la legalidad, la constitucionalidad y vigilante del equilibrio de los pesos y contrapesos. Desde su origen, fue diseñado como un órgano especializado para resolver controversias y proteger los derechos político-electorales de los ciudadanos.

¿Entonces, a qué intereses respondieron los magistrados del Tribunal Electoral cuando votaron a favor de la reelección de Alito?

¿Acaso cuando Claudia Sheinbaum habla de un Poder Judicial corrupto se refiere a personajes como Soto, de la Mata y Fuentes? Porque fueron estos personajes quienes, respondiendo a sus intereses personales, a los de AMLO y a los de la 4T, cercenaron la cabeza del Revolucionario Institucional. Y Alito se prestó para ello, llevándose más de 2 mil millones de pesos en prerrogativas para los próximos tres años, de los cuales no tendrá que rendir cuentas a nadie.

Mientras tanto, los restos del PRI permanecerán en la morgue, probablemente hasta el 2027, cuando logre obtener todavía un voto inercial de entre el 3% y el 6%, que no le darán ningún peso competitivo. O, a más tardar en 2030, cuando los oportunistas (que no el priismo) alimentados por Alito, que aún sigan con él, no hayan alcanzado un espacio en la repartición de posiciones y terminen por abandonarlo.

Lo terrible de esto es que, para el 2027, la crisis del sistema partidista en México será aún más profunda. Porque tendremos a un PRI en franco proceso de extinción, un PAN siguiéndole aceleradamente los pasos, un MC ya sin el liderazgo de Dante Delgado, un Partido Verde atendiendo el oportunismo cortoplacista que le caracteriza, un PT muerto y un MORENA en proceso de implosión.

Además, por si fuera poco, Donald Trump estará a la mitad de su administración y estaremos padeciendo las implicaciones internacionales de carácter económico y político que representarán las 65 iniciativas que Trump amenaza con implementar desde el primer día de su toma de protesta, entre las que se encuentran la expulsión de migrantes de los Estados Unidos, clasificar como terroristas a narcotraficantes y, muy probablemente, en la misma vuelta, el incremento de aranceles.

Es por ello que debemos plantearnos, para el primer semestre de 2027, la necesidad de que surjan nuevos liderazgos desde la sociedad que puedan conducir eventualmente al país hacia una salida en 2030.

De no ser así, la crisis será particularmente severa, ya que, de acuerdo con cómo se están presentando los escenarios, ya no tendremos ningún partido político con posibilidades de ser competitivo. En virtud de que la misma crisis que se presentó en el PRI la estarán padeciendo todos los demás partidos políticos.

Pero, a pesar de los desafíos, ésta también es una gran oportunidad para que los ciudadanos, desde diferentes instancias, construyan procesos formativos capaces de articular el talento de la sociedad alrededor de una política y de un gobierno en franca decadencia.

Porque a tan solo tres meses del arranque del 2.º Piso de la 4T, si pudiéramos resumir en una sola palabra lo que representa, esa palabra sería *mediocridad*. La misma mediocridad que hábilmente fue disfrazada por AMLO durante su primer piso de la 4T con propaganda mañanera.

Sin embargo, la falta de capacidad creativa y de análisis crítico está generando que en el 2.º Piso de la 4T solo se pueda percibir un proyecto de continuidad, en todos los sentidos, de la figura de su mesías, Andrés Manuel López Obrador, que ya no da para más.

Por otra parte, es evidente que Claudia Sheinbaum no está ejerciendo el liderazgo ni de la 4T ni de Morena. Entonces, el tema que tendrán que resolver en breve es quién va a designar a los candidatos para 2027. Porque sin duda, los actuales gobernadores van a querer decidir quiénes serán sus sucesores, y como se ven las cosas, no van a permitir que desde el centro les impongan a sus sustitutos. Ya que una cosa es respetar al papá y otra es respetar al hijo.

¿Acaso Rubén Rocha Moya va a dejar que Andy López Beltrán sea quien seleccione al candidato a gobernador que lo sustituya? Porque a pesar de toda la debilidad que representa debido a la guerra desatada en Sinaloa por él mismo entre la ‘mayiza’ y la ‘chapiza’, Rocha va a querer imponer al candidato que lo proteja de no ir a la cárcel. Eso es lo que finalmente estará en el eje de las discusiones.

Lo mismo ocurrirá en Guerrero, Michoacán, Sonora, Colima, Zacatecas y en el resto de las gubernaturas que se renuevan en 2027. ¿En serio los actuales gobernadores dejarán que les impongan a los candidatos, o preferirán tomar en cuenta a las corrientes morenistas locales? Porque en cada estado hay por lo menos 4, 5 y hasta 6 corrientes que, dicho sea de paso, no están unificadas.

Todo esto vislumbra para 2027 un escenario dividido en Morena, donde los inconformes no tendrán hacia dónde saltar, ya que ellos mismos se han encargado de destrozar a todos los demás partidos políticos, incluyendo a sus aliados.

¿O acaso el PAN irá a recoger todo el desperdicio de Morena, de la misma manera en que Morena lo ha venido haciendo desde 2018?

Es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
@MarthaGtz

Vocal del Consejo Directivo Del Instituto de Política y Gobernanza, A. C.