EL PUENTE / “EN SINALOA, SE EXIGEN RESULTADOS NO DEMAGOGIA” @victortorres_mx #MartesDeColumnas

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA, Víctor Torres

Victor TorresLa desconfianza de la sociedad en los políticos no es gratuita, tiene su origen en la corrupción y la impunidad, pero también en la ineptitud y la negligencia de quienes ejercen los cargos públicos sólo para beneficio personal.

La gente está harta de discursos, anuncios, promesas incumplidas y de la falta de respuestas eficaces y oportunas a sus demandas.

Con muy contadas excepciones, la gran mayoría de los representantes populares y funcionarios del sector público no han estado a la altura de los resultados que reclaman los gobernados.

Enfilado el país hacia el proceso electoral de 2018, en el ambiente político local se ha comenzado a hablar de los alcaldes y diputados locales que tendrían posibilidades de competir por la reelección en sus respectivos cargos.

También se analizan los nombres de los actuales diputados federales, funcionarios públicos y personajes del sector privado, que son observados como probables prospectos para el Senado y la Cámara de Diputados.

En ese sentido, los partidos políticos deberán identificar muy bien dónde están sus mejores cuadros, pero sobre todo aquellos que han dado buenos resultados en sus respectivas áreas, porque ahí pudiera estar la rentabilidad que buscan para competir con éxito en las próximas elecciones.

El problema es que no tendrán mucha tela de dónde cortar, porque realmente son pocos los que destacan por su desempeño en los cargos que actualmente ocupan en el ámbito local, estatal o federal.

A la mayoría de los actores políticos de nuestros tiempos, se les conoce más por su actividad en las redes sociales y por su adicción a la selfiemanía, que por el contacto directo con la gente, sus propuestas, soluciones y resultados de su gestión a favor de sus representados.

Tan sólo para referirnos al tema de los Ayuntamientos, habría que plantear una pregunta: De los 18 alcaldes de Sinaloa, ¿Cuántos en realidad tendrán los méritos necesarios para que la ciudadanía les obsequie la oportunidad de gobernar un segundo período de tres años?

Generalmente, a los presidentes municipales se les califica por la obra realizada y la calidad de los servicios, porque la seguridad pública de los municipios depende hoy, en gran medida, del mando único policial que está bajo control y supervisión de autoridades estatales y federales.

Por ello, a los alcaldes se les debe medir por su capacidad de gestión para bajar recursos federales que serán destinados a la atención de los rezagos en agua potable, drenaje, tratamiento de aguas residuales, recolección de basura, alumbrado público, rehabilitación calles, parques, instalaciones deportivas, mercados, rastros, entre otros servicios.

Por otra parte, habrá que ver quiénes son los alcaldes que han cumplido con su función de administrar con responsabilidad y transparencia los recursos de sus respectivos ayuntamientos.

La disciplina financiera y administrativa que puede observarse en Culiacán, Ahome, Mazatlán, Salvador Alvarado, El Fuerte y Navolato, contrasta con el desorden que impera en el resto de los municipios, donde los presidentes municipales sencillamente no han asumido su responsabilidad con la seriedad que se requiere.

Un ejemplo reciente de esto último es el alcalde de El Rosario, Manuel Antonio Pineda Domínguez, quien, en su afán reeleccionista y protagonismo sin límite, inventó un supuesto secuestro y un atentado durante una gira en la zona serrana. Para su mala fortuna nadie le creyó el cuento y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal lo desmintió de inmediato.

Es decir, Pineda no fue ni retenido ni balaceado. Lo único que logró es quedar como un charlatán de la política.

Por si fuera poco, El Rosario, al igual que Escuinapa, San Ignacio y Angostura, fueron señalados recientemente por la Comisión Estatal para el Acceso a la Información Pública  (CEAIP) como los Ayuntamientos con mayor opacidad en el manejo de recursos públicos.

Lo dicho, ante la falta de trabajo y buenos resultados, algunos políticos recurren a la demagogia en busca de posicionar su imagen… Lo bueno es que la gente ya no se traga tan fácilmente sus mentiras.

GRAFITI

¿Ingenuidad o mala leche? Yo no sé usted, pero a mí me queda muy claro que la impunidad de la que goza el crimen en Sinaloa no se inventó en el corto período que lleva el gobierno de Quirino Ordaz.

Por ello, insistimos en que no tienen ningún sustento las voces que están pidiendo la salida del Fiscal General del Estado, Juan José Ríos Estavillo, quien fue designado apenas el pasado 14 de marzo, y a quien sus críticos ya califican como “un fracaso”.

¿A quién se le ocurre pensar que los ancestrales rezagos que se tienen en materia de persecución del delito en Sinaloa tendrían que ser superados en menos de cuatro meses?

Ciertamente, el Fiscal y su equipo de colaboradores deberán acelerar los cambios que se requieran para dar resultados a la sociedad, que exige a gritos se ponga un alto a la impunidad, como uno de los principales factores que fomentan la alta incidencia de delitos en la entidad.

El Reto es mayúsculo porque al mismo tiempo enfrentan los vicios heredados por la arcaica y corrupta estructura de la Procuraduría General de Justicia del Estado, a la que, por cierto, no cuestionaron en su momento los “feroces” críticos del Fiscal.

Está columna EL PUENTE se publica periódicamente en: luznoticias.mx

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