EL RETO DE LAS VACUNAS Y RESISTENCIA #Domingueando @ectorjaime EN @periodicoam
“La ciencia y la paz triunfarán sobre la ignorancia y la guerra.” Louis Pasteur
En el complejo panorama de la salud pública global, México se enfrenta a desafíos sin precedentes en la lucha contra enfermedades prevenibles por vacunación y la creciente amenaza de la resistencia antimicrobiana. Como médico y legislador, es mi deber alertar sobre la urgencia de una planificación estratégica que garantice un futuro resiliente para nuestro sistema de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una llamada de atención que no podemos ignorar. En un estudio reciente, se han identificado 17 bacterias y virus (patógenos) endémicos (propios de una región) prioritarios para el desarrollo de nuevas vacunas. Esta lista, fruto del trabajo de más de 200 científicos de 50 países, representa un mapa de ruta crucial para la investigación y el desarrollo (I+D) en el campo de la inmunología.
La lista de los patógenos para los que es necesario investigar y obtener vacunas son: Estreptococo del grupo B, Virus de la hepatitis C, VIH-1 y Klebsiella pneumoniae. Para los que es necesario seguir desarrollando vacunas son: Citomegalovirus, Virus de la gripe (vacuna de protección amplia), especies de Leishmania, Salmonella no tifoidea, Norovirus, Plasmodium falciparum (paludismo), especies de Shigella y Staphylococcus aureus.
Patógenos para los que ya hay vacunas en vías de autorización farmacéutica o recomendación normativa: Virus del dengue, Estreptococo del grupo A, Escherichia coli patógena extraintestinal, Mycobacterium tuberculosis y Virus sincicial respiratorio.
Como usted pudo observar, entre los patógenos prioritarios se encuentran viejos conocidos como el VIH, la malaria y la tuberculosis, que juntos cobran casi 2,5 millones de vidas al año. Pero también aparecen amenazas emergentes como el estreptococo del grupo A y Klebsiella pneumoniae, que destacan por su creciente resistencia a los antimicrobianos.
En México, la situación es particularmente preocupante. Según datos recientes, seis patógenos son responsables del 73% de las muertes asociadas a la resistencia antimicrobiana en nuestro país. Entre ellos, Acinetobacter baumannii, causante de infecciones respiratorias, muestra una alarmante resistencia a los antibióticos disponibles.
La resistencia antimicrobiana no es un problema futuro, es una crisis actual. La OMS advierte que podría convertirse en la principal causa de muerte a nivel mundial para el año 2050. En México, la falta de una red nacional de vigilancia de la resistencia antimicrobiana dificulta nuestra capacidad de respuesta. Es imperativo que actuemos ahora para fortalecer nuestros sistemas de vigilancia y control.
Pero no todo son malas noticias. La Agenda de Inmunización 2030 (IA2030) nos ofrece un marco de acción global para hacer frente a estos desafíos. Esta estrategia, que busca garantizar que todas las personas, en todas las regiones, puedan beneficiarse de vacunas que les protejan contra enfermedades graves, debe ser nuestra guía en los próximos años.
La implementación de la IA2030 requiere un enfoque multisectorial y colaborativo. Debemos involucrar a académicos, financiadores, fabricantes y gobiernos en un esfuerzo conjunto para desarrollar y distribuir vacunas de manera equitativa y eficiente. La reciente creación de la Red Temática de Investigación y Vigilancia de la Farmacorresistencia (INVIFAR) en México es un paso en la dirección correcta, pero necesitamos ampliar y fortalecer estas iniciativas.
En el frente de la hepatitis C, un estudio reciente sobre las sustituciones asociadas a la resistencia (RAS) en México revela datos importantes. Aunque las RAS se detectan en bajas frecuencias (menor del 6.9%), la identificación de mutaciones clave como Q80K, Y93H y S282T subraya la necesidad de una vigilancia continua, especialmente considerando el uso generalizado de antivirales de acción directa en nuestro país.
La planificación para un futuro resiliente debe incluir también estrategias para hacer frente a las amenazas emergentes. La Coalición para la Innovación en Preparación para Epidemias (CEPI) está trabajando en la preparación y respuesta contra cinco patógenos prioritarios: Chikungunya, virus de Lassa, virus de Marburg, coronavirus MERS y virus Nipah. México debe participar activamente en estas iniciativas globales y desarrollar capacidades locales para la investigación y producción de vacunas.
Como sociedad, debemos entender que la inversión en vacunas y en la lucha contra la resistencia antimicrobiana no es un gasto, sino una inversión en nuestro futuro. Cada peso invertido en inmunización tiene el potencial de ahorrar costos médicos significativos y, lo más importante, salvar vidas.
El camino hacia un futuro resiliente ante enfermedades prevenibles por vacunación es claro, pero requiere de voluntad política, inversión sostenida y colaboración internacional. Como legisladores, tenemos la responsabilidad de crear el marco legal y presupuestario que permita a México estar a la vanguardia en esta lucha global.
La salud de nuestro país y de las generaciones futuras depende de las acciones que tomemos hoy. No podemos darnos el lujo de esperar. Es hora de actuar con decisión y visión de futuro para construir un México más saludable y resiliente.
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