EL VALOR DE NO PERDER SU CENTRO EN ESTOS TIEMPOS DE CONFUSIÓN @UrsulaStockder
Ciudad de México.- Muchas veces, cuando una persona decide consultar a un psicólogo, terapeuta u astrólogo, va con la esperanza de que durante esa consulta tan esperada logre encontrar soluciones a sus problemas, orientación en su toma de decisiones y claridad en la búsqueda en un nuevo sentido de vida. Esta necesidad de encontrar a un guía está arraigada en la parte mas profunda del ser humano en búsqueda constante de un gurú o maestro que ilumine sus caminos y que llene sus corazones de luz y de esperanza para no tener que cargar individualmente con la responsabilidad de sus actos.
Los griegos de la Antigua Grecia solían ir a consultar el oráculo en momentos de gran crisis y el oráculo, como tal, nunca les daba una respuesta clara o definitiva. La pitonisa era la traductora del mensaje de los dioses y ese mensaje se daba en un lenguaje simbólico, que obligaba al consultante buscar una dirección entre dos vertientes. Lo obligaba a entrar en contacto con su inconsciente, con esa parte no vista o no reconocida que tiene un poder absoluto sobre el sentido de vida a tomar. Es como si el alma tuviera razones que la mente consciente no entendiera u comprendiera en su totalidad.
Siempre cuando nos encontramos en un umbral individual o social, como en el que nos encontramos actualmente, toda la humanidad debido a la Pandemia del COVID19, entramos a un lugar misterioso lleno de incertidumbre que nos provoca angustia y miedo al futuro, nos quita la calma y paz interior. Pero ¿a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de un umbral? El rumano Mircea Eliade, filósofo e historiador de las religiones, decía que, cuando traspasamos el espacio del umbral, solemos entrar a un lugar difuso y nos ubicamos en un lugar o espacio diferente, generalmente obscuro ya que entramos a un vientre en búsqueda de un tipo de regeneración.
Los umbrales son espacios mágicos que por un lado representan una separación y por el otro una unión con algo misterioso y sagrado.
Pero ¿cómo mantener nuestra calma en un momento de tanta incertidumbre como la que estamos viviendo actualmente? ¿Cómo darnos la oportunidad de entrar a ese espacio sagrado sin desesperar?
Realmente la astrología es una herramienta maravillosa de crecimiento y autoconocimiento, que estudia los ciclos, los ciclos tanto a nivel personal como planetario. Todo astrólogo sabe que por más difícil que sea una situación, todo pasa después de haber pasado por un tiempo de transformación, muerte simbólica y renacimiento. Actualmente la humanidad está en un momento de profundo cambio, en el cual cada uno tiene que revaluar su relación con uno mismo, familia, trabajo y naturaleza.
La vida nos ha obligado a refugiarnos a poner límites entre nosotros y el mundo que nos rodea, pero cómo entender los límites que se nos han impuesto si hemos vivido en un mundo sin fronteras. El aislamiento que nos ha impuesto el COVID nos ha empujado a vivir llenos de miedo, refugiarnos en nuestros hogares, temer al contacto con nuestro prójimo, levantar barreras físicas y encontrar una manera de romper con nuestras
barreras emocionales. Añoramos el contacto físico, las caricias, pero también gracias a este aislamiento nos damos cuenta de la soledad que hemos vivido durante mucho, mucho tiempo atrás gracias a la falta de límites y sin fronteras del mundo moderno.
La naturaleza nos ha obligado a centrarnos en nuestro interior, en buscar refugio en lo más profundo de nuestros corazones y alma, a contactar con nuestro propio espacio sagrado para no desesperar ante tanta incertidumbre.
Pero ¿cómo proteger nuestro espacio sagrado sin que el caos exterior invada nuestra propia sacralidad?
Las circunstancias nos han obligado a convivir en un espacio cerrado, a volver a revaluar todas nuestras relaciones cercanas y lejanas, pero sobre todo aprender a contactar con nuestros sentimientos más profundos. A no temer relacionarnos con nuestros propios demonios. Esos demonios representados por el caos, a los que queremos mantener a como de lugar fuera de nuestro entorno, de nuestro refugio personal en donde no nos acechan únicamente estos demonios externos sino también los internos, a los que Jung llamaba nuestra sombra, esa sombra que todos tememos que confrontar en momentos de oscuridad.
Ya hace años los astrólogos hablaban de que este 2020 iba a ser un año con una serie de eventos que iban a generar situaciones poco comunes que iban a generar cambios drásticos en la economía, salud y equilibrio de la naturaleza. No hay ningún astrólogo que pueda predecir exactamente lo que va a pasar o que haya predicho en su totalidad lo que está sucediendo, pero lo que si puede pronosticar un astrólogo son las energías planetarias y consecuentemente energías que se mueven en el interior de cada persona, ya que lo que sucede en el macrocosmos se refleja en el microcosmos, como bien decía nuestro amigo Jung.
Este 2020 es excepcionalmente único ya que se están dando 7 eclipses tomando en cuenta el del 25 de diciembre del 2019 cuando por regla general se dan de 4 a 5 al año y de aquí al 2026 van a dar comienzo 6 nuevos ciclos planetarios de los cuales 2 ya se dieron en este año y entre el mes de enero y de abril.
Tenemos 3 formas de medir nuestro tiempo y es; a nivel lineal de izquierda a derecha que se manifiesta en la forma en que escribimos la mayoría de las personas con una cultura Occidental o de derecha a izquierda que se da en culturas con una influencia Oriental. Los que escribimos de izquierda a derecha tendemos a confiar mas en el hemisferio izquierdo, el lado racional de nuestro cerebro y tendemos a pensar mas en el futuro y los que escriben de derecha a izquierda tienden a ser culturas en las que le dan mas importancia al hemisferio derecho el de la intuición y al pasado. La astrología en cambio mide el tiempo de forma circular, el presente, el pasado y el futuro están interconectados, y los tres tienen la misma importancia. Los tres tiempos tienen la misma importancia. Las experiencias pasadas son un reflejo de las futuras y las experiencias presentes están relacionadas con nuestro pasado y las presentes se verán reflejadas en el futuro.
En la astrología occidental nos conectamos con el cosmos a través del círculo de la totalidad representando nuestra voluntad. Observamos el cosmos de forma geocéntrica
ubicándonos en el centro del círculo de la totalidad, sin comienzo y sin fin. Nuestro tiempo es sagrado a diferencia del profano que se representa de forma lineal.
En una cultura de consumo, como la nuestra, se nos hace prácticamente imposible ubicarnos en el tiempo circular de los dioses en donde no existe vida sin muerte y viceversa. Todo está interconectado entre si. Para culturas como la prehispánica o la astrológica, si nuestro mundo se acaba nuestros dioses también. Desgraciadamente en una cultura con una visión Occidental, le tememos a la muerte, la muerte representa un fin y esto ha acabado generando una pandemia emocional. Hemos perdido nuestro centro, nuestra fe, nuestro espacio sagrado y por otro lado la naturaleza está empezando a reflejar la manifestación de nuestros dioses. Gracias al COVID, los cielos se están limpiando, los animales están tomando posesión de las ciudades, en Venecia se vuelven a ver pececitos nadando en los canales. Este diluvio, está generando un cambio necesario, un cambio exterior que tarde que temprano se tiene que reflejar en el alma de la humanidad.
Ahora un consejo para cada uno de los signos:
Aries: tendrá oportunidad de concentrarse mas en su camino único en esta especial necesidad encontrar su camino.
Tauro: Necesitaría contactar su parte creativa y contacto con su jardín para entrar a una meditación profunda y no perder su centro.
Géminis: Podrá estudiar y leer durante largas horas, darse tiempo para ordenar sus pensamiento y conocimiento.
Cáncer: Cocinen, arreglen su alacena, ordenen, crean un ambiente cálido alrededor de la mesa y los rituales hogareños.
Leo: Enfoquen su voluntad hacia nuevos horizontes. Contacten con el centro de su corazón y pregúntense qué es lo que quieren cambiar en sus vidas.
Virgo: Reorganicen sus espacios, aprovechen este tiempo para cuidarse, recuperar el ritual de paz y de cuidado que necesitan sus cuerpos y sus almas.
Libra: Es hora de recuperar la comunicación respetuosa con sus parejas, llegar a acuerdos para el bienestar de ambos.
Escorpión: Contacten con sus valores más profundos, dejen que sus demonios les hablen, no les teman, abrácenlos.
Sagitario: Busquen su libertad interna, la libertad no se define únicamente por los viajes, la libertad más grande y los viajes más increíbles se dan en el interior de su ser.
Capricornio: No pierdan la disciplina, es esencial para no perder la paz. Sigan con sus rituales habituales del día a día, como por ejemplo sus alimentos, ejercicio, meditación y estructura.
Acuario: No pierdan sus ideales, sigan soñando que pronto verán nuevos horizontes en el firmamento. Una vida nueva llena de oportunidades.
Piscis: La espiritualidad es esencial en estos momentos de incertidumbre, ser y estar y confiar que la vida tiene sus propias razones.
Úrsula Stockder urstockder@yahoo.com
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