EN BRASIL DESTITUYEN A RESPONSABLES DE LA CAIDA DE DILMA
Brasilia.
El artífice de la destitución de la ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, el otrora todopoderoso jefe de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, fue cesado la noche de este lunes por sus compañeros de ese órgano legislativo que por 450 votos contra diez, y nueve abstenciones, lo declararon culpable de quiebra del decoro parlamentario al haber mentido sobre poseer cuentas bancarias por 5 millones de dólares en el exterior.
“Declaro la pérdida del mandato del diputado Eduardo Cunha por conducta incompatible con el mandato parlamentario”, señaló el fallo.
Los diputados lo consideraron culpable de haber mentido a una Comisión Parlamentaria de Investigación sobre la petrolera estatal Petrobras, a la que declaró no tener cuentas en el exterior, lo que luego fue desmentido por documentos enviados por la justicia suiza.
Una manifestación con la presencia de sindicatos, movimientos sociales y partidos de izquierda acompañó a las puertas del Congreso la votación, y festejó al conocer el resultado.
Al hacer su defensa en el pleno antes de la votación, Cunha atacó al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y dijo que era perseguido por haber abierto el proceso de destitución contra la mandataria. “Estoy pagando el precio de tener mi mandato revocado por dar continuidad al proceso de revocación. Es el precio que estoy pagando por hacer que Brasil se libere del PT”, aseveró.
Relegido diputado en los comicios de 2014 y elegido presidente de la Cámara en febrero del año siguiente, Cunha fue despojado de su mandato parlamentario por sus pares que aprobaron el juicio que la Comisión de Ética de ese órgano le abrió por presunta corrupción al concluir un proceso iniciado en noviembre de 2015.
Se necesitaban 257 votos, la mayoría simple de los 513 miembros de la Cámara de Diputados para que Cunha perdiera su cargo.
Ultraconservador conocido como el Frank Underwood brasileño (en referencia al maquiavélico protagonista de la serie House of Cards), Cunha está acusado de “falta de decoro parlamentario” por haber mentido sobre la titularidad de cuentas bancarias en Suiza, por 5 millones de dólares, donde supuestamente desvió fondos de la trama de corrupción de Petrobras.
El Supremo Tribunal Federal (STF) suspendió su mandato el 5 de mayo, menos de un mes después de que los diputados votaron a favor de la destitución de Rousseff, definitivamente apartada del cargo por el Senado el 31 de agosto.
Desde entonces este habilidoso político, a punto de cumplir 58 años, echó mano a todo tipo de recursos legales y de maniobras dilatorias para evitar su destitución. A lo largo del proceso, Cunha hizo maniobras para postergar o suspender el proceso en su contra. Rompió con la ahora ex gorbernante Dilma Roussef, cuando ésta y el Partido de los Trabajadores rechazaron protegerlo de las acusaciones en su contra.
Cunha, quien en julio renunció a la presidencia de la Cámara, perdió incluso el apoyo de al menos una veintena de su propio partido, el centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, al que pertenece también el presidente Michel Temer, que remplazó a Rousseff). También otros de sus compañeros del PMDB no estuvieron presentes en la sesión.
Cunha y Temer fueron acusados por la ex mandataria izquierdista de haber orquestado un “golpe de Estado” constitucional en su contra.
Rousseff acusó en reiteradas ocasiones que Cunha acogió a trámite el pedido de destitución en diciembre pasado porque el gobierno no lo apoyó para evitar el proceso que le abrió la Comisión de Ética.
Cunha, por su lado, atribuye sus complicaciones actuales a su decisión de dar lugar al juicio político contra Rousseff. “Estoy pagando un alto precio por haber dado inicio al juicio. La principal causa de mi alejamiento reside en ese proceso de destitución”, declaró, argumento que reiteró este lunes ante el pleno de la Cámara de Diputados cuando se le permitió exponer su defensa.
El político es además objeto de una investigación penal por parte del STF, por corrupción y lavado de dinero vinculado a la red de sobornos en la estatal petrolera Petrobras.
Incluso su esposa Claudia Cruz también está procesada en el marco de la Operación Lavado Rápido, que indaga en esta trama
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