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Por Viviana Erika Solorio, activista de derechos humanos, asesora política, comunicóloga social. Mtra. Administración y Políticas Públicas con Enfoque en Gestión Política.
El abandono por el que atraviesan miles y miles de niñas, niños y adolescentes que viven en las calles de México es tan lamentable, tiene que ser atendido de forma integral por las autoridades y la sociedad en general, nadie es ajeno a esta problemática tan indignante y dolorosa.
La dignidad es un derecho humano universal, por ello, no podemos ser sólo espectadores ante la pobreza y la violencia, problemas enquistados durante décadas, coadyuvar para mejorar la vida de la niñez nos demanda.
¡No basta con hablar de derechos humanos!
Las asociaciones civiles juegan un papel fundamental en la asistencia y apoyo a los niños que viven en las calles. Su intervención se realiza a través de diversas estrategias y programas diseñados para abordar las necesidades específicas.
La provisión de alimentos, refugios temporales, atención psicológica y emocional, programas educativos, talleres y actividades que promueven la autoestima, el trabajo en equipo y la expresión emocional, entre otros, son importantes para el apoyo de los grupos vulnerables.
El fortalecimiento comunitario y promover la creación de redes de apoyo para abordar el problema de manera integral es imprescindible para atenderlo de raíz, ya que los menores de edad que viven en las calles salieron de sus casas obligados en busca de ayuda.
Es importante visibilizar la violencia que persiste en algunos hogares, escuelas y oficinas, así como en las calles, hay que trabajar para sensibilizar al público sobre la situación de los niños en la calle y las causas que los llevan allí.
Los derechos de la niñez están respaldados por varios tratados internacionales que establecen principios y normas para garantizar su protección, bienestar y desarrollo, por ejemplo, la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989.
La ratificación y el cumplimiento de los tratados internacionales son pasos esenciales para garantizar que todos los niños, sin importar su contexto, tengan acceso a sus derechos fundamentales y puedan vivir en un entorno que favorezca su desarrollo integral y bienestar.
Las asociaciones civiles desempeñan un papel crucial en la recuperación y el empoderamiento de las niñas y niños que viven en las calles. A través de un enfoque integral, no solo abordan las necesidades inmediatas, sino que también trabajan hacia soluciones a mediano y largo plazo que incluyen el acceso a la educación, la salud y la inclusión social, contribuyendo así a la construcción de un futuro más digno.
¿Y si tuvieras que vivir en las calles?