EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO, UN ECLIPSE REPRESENTABA QUE UN PERRO SIN MANCHAS DEVORABA AL SOL

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La cosmovisión prehispánica ante los eclipses se revela en cada uno de los rituales que cada pueblo realizaba

Las culturas prehispánicas tenían la creencia de que durante el eclipse solar, el Sol sería devorado por algún otro ser, como un jaguar, un perro o una serpiente

Desde tiempos inmemoriales, los eclipses solares han fascinado a las culturas, en la Antigüedad, dieron lugar a diversos mitos y leyendas. En el México prehispánico, estos eventos celestes no solo despertaban temor e incertidumbre, sino que también estaban asociados con una rica cosmovisión y rituales específicos.

Julieta Fierro Gossman, del Instituto de Astronomía de la UNAM, explicó cómo estos fenómenos, por su magnitud y espectacularidad, dieron origen a diversos mitos y leyendas. En particular, los mexicas y los mayas desarrollaron ricas narrativas y prácticas relacionadas con los eclipses solares, que fueron integrados profundamente en su cosmovisión y rituales.

Proteger al Sol ante el peligro de ser devorado
En civilizaciones ancestrales como la china, se creía que durante un eclipse, una entidad divina, como un dragón o una deidad, devoraba al Sol.

Esta creencia se encuentra de alguna forma presente en mitos similares entre los mexicas, quienes imaginaban a una deidad atacando al Sol. Durante la fundación de Tenochtitlan en 1325, un eclipse dio lugar a la leyenda de un nopal con tunas rojas, interpretadas como corazones de sacrificios, mientras que el nopal simbolizaba al Sol. Así se marcaba el inicio de una era, en la cual se establecieron símbolos fundamentales que podemos ver en la piedra fundacional, y actualmente, en las monedas de diez pesos podemos encontrar al águila con la serpiente y al calendario azteca por el otro lado con el sol en el centro.

Para los antiguos mexicas, el eclipse solar era un evento apocalíptico que significaba la lucha entre el Sol (Tonatiuh) y la Luna (Metztli).

Según la leyenda, Xólotl, dios del inframundo, se transformaba en un perro, jaguar o serpiente gigante para devorar al Sol. Los mayas, por su parte, creían que Xulab o las hormigas gigantes llegaban para comerse al sol. Los nahuas también creían que las Tzitzimime, diosas descarnadas, bajaban a la Tierra para comerse a la humanidad durante el eclipse.

Así vivían los aztecas un eclipse solar

Durante los eclipses, los mexicas realizaban sacrificios humanos específicos en honor a los dioses, por ejemplo, sacrificaban a personas albinas; además, practicaban rituales para proteger a los recién nacidos de deformidades, como colgar un pedernal en las mujeres embarazadas para evitar que el bebé naciera con labio leporino.

De forma paralela, los mayas, conocidos por su avanzada astronomía, empleaban instrumentos precisos para predecir eventos celestes, incluyendo eclipses, lo que les permitía integrar estos fenómenos en su calendario y ritualidad con una asombrosa precisión.

El temor cuando la noche aparece en el día

Sergio Sánchez Vázquez, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, destaca el profundo temor y la incertidumbre que los eclipses generaban entre los pueblos mesoamericanos.

La creencia de que el Sol, una deidad principal, podía ser devorado y el mundo sumirse en la oscuridad era motivo de grandes preocupaciones y rituales específicos.

Las mujeres embarazadas se ocultaban para evitar que sus hijos nacieran con deformidades, mientras que los hombres golpeaban sus escudos y las mujeres usaban instrumentos de cocina para hacer ruido y ahuyentar al ser que “devoraba” al Sol. Se creía que usar máscaras de penca de maguey pintadas de azul podía proteger a las personas.

Rituales de protección y conocimiento

A diferencia del pueblo común, las elites y sacerdotes prehispánicos tenían un conocimiento profundo sobre el movimiento de los astros. Los mayas, por ejemplo, tenían calendarios precisos que les permitían predecir los eclipses solares y lunares. El Códice Dresde es un ejemplo de este conocimiento astronómico.

Las prácticas para enfrentar los eclipses nos dan muestra de un aspecto fundamental de la cosmovisión prehispánica: la búsqueda de equilibrio y protección frente a los caprichos del cosmos.

Las historias y rituales relacionados con los eclipses solares en el México prehispánico son un legado cultural invaluable que nos permite comprender la cosmovisión de nuestros ancestros. Estos eventos celestes, que alguna vez generaron temor e incertidumbre, ahora son una oportunidad para aprender sobre nuestra historia y disfrutar de un espectáculo natural único.

Eclipse solar 2024, un fenómeno que une tiempos
El próximo 8 de abril de 2024, México tendrá la oportunidad de observar un eclipse solar total o parcial, dependiendo de la zona. La comunidad astronómica del país invita al público a observar este evento de forma segura; un evento que nos recuerda la persistente fascinación de la humanidad por los movimientos del cosmos. A través de la observación y el estudio, continuamos explorando y entendiendo los fenómenos que nuestros antepasados intentaron descifrar con mitos y rituales, manteniendo viva la curiosidad y el asombro que los eclipses han inspirado a lo largo de la historia.