EN EL QUIRÓFANO / MÉXICO, SIN DATOS CLAROS SOBRE ADICCIONES: EL GRAN ERROR DE LA ENCUESTA 2023 #Domingueando @Ruth_RodriguezP EN @Excelsior
México carece de datos certeros sobre el consumo de sustancias adictivas en la población, que le ayuden a tener un mejor panorama de cómo estamos en este tema y poder diseñar acciones de prevención y atención. Cifras que requiere, pero que no las tiene justo en estos momentos que el gobierno del presidente Donald Trump está presionado a México debido a la guerra que inició contra el fentanilo y otras drogas.
Han pasado ocho años de que se levantó la última Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones. Se tenía que haber hecho a la mitad de la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, pero la misma se fue postergando hasta casi al final del sexenio.
Hace un mes, la presidenta Claudia Sheinbaum informó que los resultados de la Encuesta Nacional de Adicciones 2023-2024 no era confiables y se tendría que volver hacer.
Hubo mucha suspicacia en torno a estas declaraciones e incluso algunos afirmaron que eran tan malos los resultados en torno a las adicciones en México, que el gobierno federal mejor prefirió anular este sondeo que darlo a conocer a la opinión pública, lo cual estaba muy lejos de la realidad.
Sencillamente, esta encuesta fue mal aplicada, no tuvo metodología y, por ende, los resultados no podían ser comparados con la anterior encuesta realizada en 2017.
Ésta es la primera vez que una encuesta nacional sobre adicciones fracasa, y aquí hay tres funcionarios que deberían ser llamados a cuenta: María Elena Álvarez-Buylla, exdirectora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt); Jorge Alcocer, exsecretario de Salud y Juan Manuel Quijada Gaytán, responsable de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama).
Una encuesta que estaba destinada al fracaso, debido a que excluía a dos expertos en las realizaciones de encuestas en el país: el Inegi y el Instituto Nacional de Salud Pública. Investigadores cercanos al tema señalaron que no la hicieron con encuestadores calificados, como lo hace el INSP, sino lo hicieron médicos, enfermeras, trabajadoras de servicio social de los centros de salud, sin tener una metodología a seguir y, por ende, los resultados fueron desastrosos.
No se pudo tener una comparación de la encuesta del 2017 con la de 2023 ni sacar una muestra de cuánto se ha incrementado el consumo de adicciones en la población, principalmente en los jóvenes. Es la primera vez que una Presidenta de México sale a decir que la encuesta estaba mal hecha y que se volvería a repetir para obtener datos fiables sobre adicciones, pero ahora sí con el aval del Inegi y del INSP.
¿Y los responsables? ¿Habrá castigo?
ABATELENGUAS
Los Institutos Nacionales de Salud y hospitales federales que pertenecen a la Secretaría de Salud también atraviesan por una severa crisis de falta de medicinas, insumos y equipos. Desde el sexenio pasado han sido castigados con menos recursos.
A qué grado están las cosas en estos hospitales, que en el Instituto Nacional de Psiquiatría se habla que los trabajadores están comiendo de “fiado”, porque las autoridades de salud le adeudan al proveedor del servicio del comedor; mientras que, en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, su personal se quejó de hostigamiento por las dobles jornadas de trabajo de las que son sujetos.
BAJO EL MICROSCOPIO
Ni Birmex se pudo consolidar como la distribuidora de medicamentos e insumos a nivel nacional ni tampoco logró desterrar la corrupción. Se supone que el expresidente López Obrador puso al mando de este organismo descentralizado al general de División retirado Jens Pedro Lohmann Iturburu para poner orden en esta gran paraestatal, pero lo que dejó fue una gran impunidad.
La Auditoría Superior de la Federación encontró en sus auditorías diversas anomalías en la gestión de la empresa en 2023: pagos por medicinas en mal estado; entrega de miles de medicinas e insumos caducos a unidades médicas del ISSSTE. ¿Y llamarán a cuentas al general?