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COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

O lo que es lo mismo, la muñequita del pastel, maestro de historia patria y el compló en un México que anda feliz, feliz, feliz. Pero…

Y es de que, ahora hasta al abogado austriaco Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, le encontró sociedad perversa con los canijos conservadores.

¡Recáspita, James Bond!

Resulta que al inicio de semana el licenciado presidente andaba inspirado –sin duda, fiel a su praxis despertó pensando como joder al país–, sabiéndose dueño y amo del poder por lo menos hasta la medianoche del martes 30 de septiembre de este año 2024.

Y no era para menos, luego de impartir en la mañanera su cátedra Miguel Hidalgo, a los ávidos escolapios y escolapias, en especial integrantes de la barra mercenaria que son como las quesadillas: con una embarrada de sesos.

Primo hermano, usted disculpe.

Porque tooodo lo que ocurra en el país está intrínsecamente vinculado al licenciado presidente y de eso saben harto los chicos y las chicas que se asumen periodistas y hasta se aprenden las preguntas que les reparte el poeta Jesús Ramírez para hacer realidad el diálogo circular que tanto y tanto presume Su Alteza Serenísima.

¡Ah!, qué diferencia con los colegas que asisten a las conferencias que ofrece Xóchitl Gálvez, periodistas de verdad, libres como el viento preguntan lo que importa informativamente y no le ponen en bandeja la pregunta ad hoc a la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México.

Pero, bueno.

Dicen los que saben que, a diferencia de la MañaNeta que ofreció ayer Xóchitl Gálvez, la del licenciado López Obrador fue la más aburrida de las que se ha despachado desde el lunes 3 de diciembre de 2018.

No.

Mire usted, es bien listo y anda borde y borde la mejor manera de torcer el brazo a la ley electoral y seguir en campaña y como jefe proselitista de la doctora Claudia Sheinbaum, quien ha desempolvado algunas de las malas decisiones del licenciado López Obrador para venderlas como oferta de campaña.

¿Volverán las oscuras golondrinas y reanudarán actividades las escuelas de tiempo completo? ¿Dejará de madrear a los periodistas?

Mientras tanto, el llamado Jefe del Ejecutivo anda en campaña. Usted lo notó, a pesar de que no quiere que todo México se entere, no sea que los chicos y las chicas del INE lo vayan a cepillar, pero ande dizque recorre y recorre hospitales para que cuando se vaya herede los servicios de salud más chipocludos del mundo.

No se ría, porfis.

¿Y qué de los servicios médicos como los de Dinamarca? ¡Bah! Serán mejores y si no, recuerde usted, dejará de llamarse Andrés Manuel y quizá se identifique como Paquito y no hará más travesuras.

Hiperactivo que es, ahí tiene usted que, como se lo comenté en alguna ocasión, si hay reunión de postín para festejar los 15 años de la chica concluye que hay gato encerrado y los chambelanes confabulan en su contra.

Se siente centro de la atención, como la muñequita del pastel que es codiciada pero no digerible.

Y sí, el Duce es querido por la fanaticada que ya compró la almohada con el amlito y la playera que pinta el promocional de “luzca brillante su cola de caballo con Glostora”. ¿Recuerda usted al Glostora que tocaba el tololoche con Los Xochimilcas?

Ayer andaba exultante. Presumió:

“Y de una vez lo de que los mexicanos estamos contentos, la felicidad en México, porque a veces, como ahora es temporada especial, hay mucho enojo y se piensa que la gente está de malhumor. No, no, no, eso es arriba; el pueblo está feliz, feliz, feliz. Para no confundir, son cosas distintas. ¿Sí tenemos algo? Es algo que salió ayer en el periódico El País, de España.

“Es esto”.

Chucho Ramírez le completó: “es el más alto que se tenga registro”.

“El más alto que se tenga registro en… Desde el… Bueno, desde que se tiene registro, 2015. La gente está contenta. Es que como México no hay dos”, subrayó Su Alteza Serenísima.

Pero…

Todo iba de rechupete con eso de la felicidad, hasta que le recordaron que Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, planteó desde Ginebra, Suiza, que se debe proteger de la violencia al proceso electoral México, donde en lo que va del año y hasta ayer por lo menos 10 políticos aspirantes a algún cargo de elección popular, habían sido asesinados.

Y, sin duda como el pecho de don Volker no es bodega, que receta un recordatorio:

Principio del formulario

Final del formulario

“En México, varios procesos electorales coincidirán en junio, lo que resultará en la planeada elección de más de 20 mil funcionarios públicos, incluido el presidente, todos los miembros del parlamento federal y una amplia gama de representantes y autoridades estatales y locales. Este inmenso ejercicio de derechos políticos y civiles debe ser protegido contra la violencia”.

El licenciado presidente no se aguantó las ganas de responder al abogado Volker Türk y, filoso, filoso le espetó una mentirijilla.

“Sí, estamos apoyando nosotros a todos”.

Pero ya entrado en gastos y como le había encabronado la postura crítica de la Conferencia del Episcopado Mexicano, expuesta en la víspera con la puntualización del riesgo en el que se encuentra la democracia frente al crimen organizado, de plano –como dicen los clásicos—se le fue a la yugular al abogado austriaco:

“El alto comisionado es muy, con todo respeto, muy tendencioso, está en contra de nosotros y hace comparsa con los que quieren demostrar que México es un país muy violento (…)”.

¡Júrelo! Denunciará que hay compló en su contra y de ahí en adelante nuevamente al centro de la atención nacional y mundial.

¿Y el proceso electoral? De eso se trata: ensuciarlo y acusar que fuerzas oscuras del pasado y del presente confabulan contra el cambio, contra él. No se vaya con la finta. Hay que votar. ¿A poco no, Drakko? Digo.

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