ESCAÑO ABIERTO / APOYO Y SOLIDARIDAD CON LOS DREAMERS MEXICANOS @arturozamora #MartesDeColumnas

El respeto de los derechos humanos y del derecho internacional debe ser el principio rector de la solución a la condición migratoria de los dreamers.

Los mensajes enviados en redes sociales por el presidente Donald Trump en las primeras horas del pasado jueves 14 de septiembre, sembrando incertidumbre en la vida de los 800 mil jóvenes emigrados a Estados Unidos durante su infancia, entre los que se encuentran cerca de 650 mil hijos de padres mexicanos, constituyen un capítulo lamentable en la vida política norteamericana, que no debemos olvidar ni soslayar.

Después de que la administración del presidente Donald Trump rescindió el pasado 5 de septiembre el memorándum conocido como DACA (por sus siglas en inglés, Programa Administrativo de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), las cosas podrían tomar, por suerte, un cauce favorable para los llamados dreamers, en tanto que Trump parece haber desistido de su idea de condicionar un acuerdo migratorio al financiamiento del muro fronterizo, según las primeras planas —en días pasados— de los diarios norteamericanos más influyentes.

Hay señales positivas de que es posible que se concrete un acuerdo que regularice la situación de los migrantes de origen mexicano, a reserva de los vaivenes en los laberintos de la política interna del vecino país, de los tuits y desmentidos frecuentes.

Aparte del apoyo de los líderes demócratas en ambas cámaras del Congreso, destaca la postura de algunas empresas globales establecidas en EU, así como de diversas autoridades locales que han expresado su rechazo a la decisión del presidente Trump de cancelar el programa que protege a los dreamers, lo cual es muestra de la contribución sustantiva que hacen al aparato productivo estadunidense.

Los llamados dreamers no deben ser rehenes de la política interna de EU, pues es inaceptable condicionar cualquier medida de regularización de su estancia a cambio del reforzamiento de la seguridad fronteriza o el financiamiento del muro, el cual ha sido rechazado en forma reiterada por el gobierno y la sociedad mexicana.

Entre tanto se define esta situación, desde México les expresamos a los dreamers nuestra más amplia solidaridad, así como nuestro apoyo a los esfuerzos políticos y diplomáticos que ha desplegado en su favor el gobierno mexicano, el cual ha sido firme ante las amenazas de Donald Trump, sin dejarse amedrentar ni caer en las provocaciones, especialmente las emitidas a través de las redes sociales, y concretándose a los hechos.

Confiamos en el uso de los instrumentos políticos y diplomáticos, así como en la eficacia de las medidas consulares que ha adoptado el gobierno federal en la búsqueda de una solución permanente para los mexicanos que están registrados en el programa DACA, así como en la protección de sus derechos, libertades e intereses. El respeto de los derechos humanos y del derecho internacional debe ser el principio rector de la solución a la condición migratoria de los dreamers.

Igualmente, cabe subrayar la relevancia del anuncio que han hecho diversas instituciones del gobierno federal respecto a la bienvenida que tendrían los dreamers en caso de regresar a México. Sería un capital humano y social sumamente valioso que encontraría oportunidades de desarrollo personal en los espacios educativos y el aparato productivo nacional.

Nuestra obligación es estar muy atentos al destino legal de los dreamers mexicanos, al curso del proceso de renegociación del TLCAN y, sobre todo, a asegurar que sepan que tienen el apoyo irrestricto y la solidaridad del gobierno y la sociedad mexicana.

                *Secretario general de la CNOP.

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