ESCAÑO ABIERTO / LA ECONOMÍA ESTÁ EN JUEGO @arturozamora @CNOPNacional #MartesDeColumnas

El jueves pasado, el Consejo Coordinador Empresarial publicó un desplegado en el que llama a todos los partidos políticos y a sus candidatos a la Presidencia de la República a fijar con seriedad sus propuestas de gobierno y explicar “con claridad y detalle cómo piensan materializar sus propuestas”. “El futuro de México debe enfrentarse con propuestas claras y realizables, no sólo con buenas intenciones”, señala el organismo cúpula del sector privado.

El PRI coincide plenamente con esta postura y así lo viene haciendo José Antonio Meade en los encuentros realizados durante su precampaña y en los diálogos con organismos sociales en el actual periodo de intercampañas.

No ha ocurrido lo mismo con los candidatos de las coaliciones opositoras. Antes bien, en los dichos de López Obrador y Ricardo Anaya hay sobrados elementos que generan inquietud y preocupación por sus bandazos, ocurrencias y por la revelación de sus verdaderas intenciones.

El suceso más reciente ocurrió luego de las declaraciones del coordinador de programa del candidato de Morena, Alfonso Romo, quien trató de enviar un mensaje de confianza a los inversionistas y mercados al decir que su candidato no afectará las concesiones asignadas en la industria petrolera, sólo para desatar la furia del círculo íntimo de López, donde recordaron al regiomontano que en el congreso y los consejos nacionales de su partido “se ratificó plenamente que hay que echar abajo la Reforma Energética”.

Esta abierta contradicción es un ejemplo de la incertidumbre y desconfianza que despierta la falta de seriedad y claridad en algunas propuestas de gobierno, como también sucede con la idea lanzada por Anaya de una Renta Básica Universal y con la asignación indiscriminada de pensiones y subsidios que promete López. Ambas, sin detallar cómo habrán de instrumentarse y financiarse.

Lo anterior explica la relevancia del compromiso que José Antonio Meade reiteró en su discurso de registro de su candidatura presidencial ante el INE, donde planteó “un gobierno responsable, de propuestas y soluciones concretas”. Convocó a preservar e impulsar lo que se ha obtenido y mejorar lo que está mal, sin arriesgar lo que tenemos.

Debemos hacer ver, una y otra vez, que la próxima elección definirá nuestro presente y nuestro futuro, y tener en cuenta grandes avances que no podemos ignorar.

La estimación más reciente del crecimiento económico para 2018 subió a 2.3% del PIB y, por primera vez en años, en 2017 logramos un superávit fiscal y alimenticio. La confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros en la solidez de la economía mexicana ha permitido que la Inversión Extranjera Directa haya alcanzado 171 mil millones de dólares, un nivel histórico que resulta 55% superior al monto logrado en el sexenio anterior. Como resultado de la Reforma Energética que López propone revertir, se han invertido 88 mil millones de dólares y la infraestructura eólica ha crecido 300%. Asimismo, en la presente administración se han creado 3.5 millones de nuevos empleos fijos bien remunerados y ocho millones de trabajadores más cuentan ya con seguridad social.

Nada de esto es gratuito, sino fruto de grandes esfuerzos de los mexicanos y de una política económica, monetaria y financiera, disciplinada y responsable.

El 1º de julio sólo hay dos opciones: Los populismos de izquierda y de derecha o el cambio con rumbo y responsabilidad para construir “una nación más grande y justa, un país unido, con estabilidad y prosperidad” que propone José Antonio Meade.

                *Secretario general de la CNOP.