ESCAÑO ABIERTO / SENADOR ARTURO ZAMORA

PRI, 88 años de obra institucional y grandes reformas.
El 88 aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Institucional, celebrado el sábado pasado, no fue, como bien dijo en la celebración efectuada en su sede nacional el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, “un aniversario más, (sino) un 4 de marzo que se da en una importante coyuntura”.

Se refería así el Presidente a la realización de elecciones municipales en Veracruz y de gobernadores en los estados de México, Nayarit y Coahuila, las que en conjunto representan “la antesala de la elección presidencial de 2018”.

Pocos discursos presidenciales han sido tan claros y contundentes como éste, al explicar los grandes retos de su programa de gobierno, sus implicaciones políticas y la visión de Estado que las ha motivado. En casi nueve décadas de vida institucional “sólo nuestro partido es el que ha creado las grandes instituciones de México y el que ha dedicado sus esfuerzos políticos para impulsar las grandes transformaciones”.

Por su parte, el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, refirió que los gobiernos emanados del partido fueron los promotores de una amplísima infraestructura educativa, de seguridad social, de comunicaciones y energía.

Fue siempre el PRI el gran concertador de las reformas políticas que nos han dado un sistema democrático sólido y confiable. Y han sido los gobiernos priistas los más firmes defensores de una diplomacia internacional digna y respetable. El PRI “es responsable de haber enlazado a México en el comercio con otras naciones”, aunque las oposiciones se hayan contrapuesto a ello hace 25 años. Hoy como ayer, dijo el presidente Peña Nieto, el PRI recuperó el poder a fin de “romper inercias para transformar, y no sólo administrar”.

A diferencia de los gobiernos de la oposición, quienes tanto en el ámbito nacional como en el local han mostrado que no están preparados para gobernar, una docena de años de parálisis económica y de proliferación de la violencia en el país, pintan de cuerpo entero al PAN; en tanto, las divisiones internas, así como el populismo demagógico y autoritario, dejan claro que la izquierda no tiene un proyecto de nación.

Los priistas podíamos haber evitado un conflicto con quienes querían mantener estancada la educación y conservar sus privilegios; podríamos habernos doblegado ante los grandes monopolios económicos; podíamos haber dejado que nuestro sector energético entrara en una etapa crítica.

Y este año, también hubiéramos podido evitar los costos políticos de la liberación en el precio de la gasolina, pero ello hubiera significado recortar programas sociales o poner en riesgo la estabilidad de toda la economía nacional.

“Lo que está en riesgo en 2018 es la educación de calidad que merecen nuestros niños. Lo que está en riesgo es que nuestros jóvenes encuentren un empleo, como hoy lo están haciendo. Lo que está en riesgo es la modernización de nuestro sector energético y de telecomunicaciones, el acceso a créditos baratos y la estabilidad misma de la economía nacional”.

En síntesis, “los priistas pudimos habernos evitado muchos costos políticos estos años, pero ello habría significado traicionar a los mexicanos, que nos eligieron para cumplir con un programa de transformación nacional”.

Por ello, concluyó el Presidente, “lo que está en juego es mucho más que una elección. Lo que se estará decidiendo en las urnas éste y el próximo año es, literalmente, el futuro de México”. El PRI está unido, cohesionado y activo para mantener lo alcanzado y continuar construyendo en beneficio de los mexicanos.

(columna que se publica cada martes en el Periódico EXCÉLSIOR)