FABIOLA DÍAZ DE LEÓN ESCUELA DE SEÑORITAS @escdesenoritas

NACIONAL

Si eres transodiante, kuirvomitante o transfóbico te invito a que no me leas

El ataque a las personas género divergentes es una de las más penosas realidades contemporáneas, el discurso que convierte a personas vivientes y sintientes en una ideología que amenaza pilares de la sociedad para mantener sobajados a lxs individuos en una discriminación permanente que puede partir desde el núcleo familiar, escolar, laboral, médico, social y político argumentando la existencia biológica e inamovible de dos sexos y aseverar que del femenino y el masculino del nacimiento nadie puede escapar. Que los que osan hacerlo son merecedores de violencia económica, social, discriminación, invalidación, cuestionamiento de su identidad libremente escogida y que lo hacen porque hay un origen más allá de la genitalidad que se interpreta en el nacimiento y que en un futuro puede ser modificado por el ser humano sin tener que vivir violencias por ello.

Es importante notar que la violencia que se enfoca en las poblaciones género divergentes no es homogénea, no se dirige la misma cantidad de odio hacia las mujeres trans que hacia los hombres trans ni hacia las personas no binaries. De los ataques más feroces son de mujeres hacia las mujeres trans invalidando su existencia y tachándolas de artificiales, falsas, convocantes a excluirlas de espacios femeninos y, en el colmo del fanatismo y la ceguera empática, llegar al extremo de verlas como una amenaza para la mujer. El alegato que sostiene que la existencia de mujeres trans pretende borrar a la mujer en general o que son hombres camuflados de mujeres para poder abusar de ellas es más que absurdo. Este fanatismo feminista contra las lesbianas trans que propone que las últimas se infiltran en los espacios lésbicos para violarlas es un silogismo absurdo que deja a las mujeres en una postura ajena al consentimiento. Ninguna mujer trans obliga a otra mujer a tener sexo con ella, no son una parvada de violadoras con penes femeninos que van depredando los baños públicos y cualquier otro espacio. Que las personas sexo divergentes van reclutando a las infancias para que cambien de género o de identidad y una retahíla de sinsentidos que no se sostienen ni con fundamentos ni argumentos, son discursos de odio que ni siquiera les competen. Nadie obliga a las feministas radicales a aceptar el transfeminismo, pero eso tampoco avala que hayan creado una verdadera cruzada contra ellas por el simple hecho de que nacieron hombres y mujeres nunca serán. (Según ellas)

El feminismo es un movimiento plural que por desgracia se trata de homogenizar y se establecen los feministómetros que parecen casi un concurso de belleza o una competencia ideológica para que un grupo permita a otras mujeres a llamarse feministas. Les voy a compartir una realidad: nadie necesita el permiso de nadie para vivir su vida y tener su ideología y mucho menos el feminismo y el transfeminismo. Mucho menos la genitalidad, Paul B. Preciado que ahora es un hombre trans y una de las voces más brillantes y sabias de nuestra época. No necesita el permiso de nadie para haber dejado a Beatriz detrás y convertirse en Paul B Preciado. No es menos brillante y sensato ahora que es legalmente hombre y mucho menos es menos mujer o feminista por vivir ahora como Paul, no lo necesita, él es lo que quiera ser y no pierde ni demerita en nada su persona por haber transicionado a punta de testosterona.

Las legiones LGB que pugnan por divorciarse de las demás siglas de la diversidad sexual son tan separatistas como las nubes en el cielo, luchan una batalla con molinos de viento, contra enemigos imaginarios que se representan por la T y la Q que no merecen compartir sus causas y exigencias. Esto no es más que un privilegio malentendido porque el no ser sexodivergentes no les da ni les quita nada y lo mismo va para la T y la Q que tienen derecho a la igualdad que es, a fin de cuentas, lo único que es la meta de cualquier grupo pauperizado, estigmatizado, violentado, segregado, discriminado, señalado o rechazado.

La igualdad de las personas trans y no binaries no le quita nada al resto de la humanidad, todo lo contrario, entre más visiones del mundo y nuestra existencia tengamos más rica es la especie humana. La diversidad es una ventaja. Las diferencias son una riqueza, la libertad y la igualdad en todas sus

aristas son la joya de la corona de cualquier sociedad en el país del mundo que sea. A menos que estemos en siglos pasados, la esclavitud era sinónimo de bonanza y fortuna, un sistema vergonzante en el siglo XXI ya que no hemos logrado sociedades verdaderamente democráticas donde el ciudadano valga lo mismo en todas sus variantes ante la ley y los poderes vigentes.

Yo no digo que te tengan que gustar las personas sexo divergentes, ni que no puedas tener los prejuicios que te aten de cabeza y te mantengan viendo una realidad distorsionada por el miedo y el odio o la simple paranoia de convertirte en lo que no quieres ser. Cada quien sus miedos y sus fobias, pero contaminar un movimiento tan importante y elevado en su esencia como el feminista con contingentes transodiantes, kuirvomitantes y transfóbicos es un desatino mayor en un mundo donde existen los principios de los Derechos Humanos que dan igualdad a todo ser humano sobre el universo, por eso se les dicen garantías universales, porque debemos luchar para que todxs gocen de ellas y no hacer uso de un derecho como la libertad de expresión para crear contingentes que vomitan odio contra otros grupos sociales limitando sus garantías.

Si has leído hasta aquí es porque algo de lo que expongo te resuena o disfrutas mucho enojarte con lo que lees. Cualquiera que sea, gracias por la atención.