FEDERICO REYES HEROLES / MÉXICO MORADO @rf59 #MartesDeColumnas

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FEDERICO REYES HEROLES

El “invencible” PRI queda con menos de 100 diputados, una gubernatura y una docena de senadores. El PAN, como tal, sólo alcanza la mitad de sus votos históricos y el PRD amanece encogido a un tercio de lo que fue. El Frente es segunda fuerza, pero sin una cabeza clara, fuerte, pues fue tejido con ideologías disímbolas, cuando no enfrentadas. En la Ciudad de México los morados se llevan la Jefatura de Gobierno, además, gobernarían dos tercios de las delegaciones y serían mayoría en el Legislativo local. Arrasan. México sería gobernado por Morena. Pero, ¿qué es Morena? En su nombre está la respuesta, es un movimiento, es una ola, así como las que han sacudido a España, a Italia, a Hungría, a Polonia y a otros. ¿Acaso asistimos a los funerales de los partidos políticos? Macron, Putin y Erdogan son parte del fenómeno. Bienvenidos a una nueva era, la de los movimientos sociales.

El 2 de julio, con ánimo de encontrar un asidero, nos diríamos a nosotros mismos, son la izquierda, pero no del todo, porque nada hay de reivindicaciones de minorías, la alianza con el PES desdibuja cualquier ideología. Nos gobernaría Morena, el movimiento conocido por ser la marca oficial del aparato controlado por un hombre. De amanecer morados estaríamos en sus manos. Podría aprobar presupuestos, no batallaría demasiado con la ley de ingresos y secundarias. Habría perredistas y priistas que se irían con el triunfador. Qué pasaría con la disciplina fiscal, según algunos cálculos, sus promesas requieren el equivalente al 5% del PIB, no hay cómo financiarlas. Bienvenidos al México Morado, MM para ser prácticos.

Pero, bueno, no gobernaría solo, ¿o sí? Los nombres de los acompañantes asaltan la memoria, un horror, está rodeado de varios chacales. Salvo honrosas excepciones que son eso, excepciones, la mayoría no tiene ninguna experiencia de gobierno, el futbol sería el distintivo personal en Morelos. En el MM se acabó con aquello de la preparación sólida, posgrados en el extranjero, esa formación burguesa de Harvard, MIT, Oxford o lo que sea. El MM se gobernaría con sentido popular (por ser definido). Por eso las empresas petroleras ya han empezado a rehuir del país hasta que no se defina lo que quiere decir “justo” como calificativo indispensable en los contratos. En el MM lo “justo” lo interpreta el Gran Líder y, en última instancia, Morena. En el MM los contratos, los jueces y todo ese asunto llamado legalidad y Poder Judicial se someten a la interpretación verdadera que proviene de la república moral.

Pero México no es (era) así. Es cierto, en el PAN había un conservadurismo y un clericalismo radicales, pero también había un linaje de abogacía, de profesionistas libres, había referentes éticos de Gómez Morin a Luis H. Álvarez. Eso era una garantía. Por supuesto que había pillos, como el abusadillo exgobernador de Sonora, el de la presa, vamos; pero un México sin un PAN sólido no parece un avance. Y qué decir de la izquierda, en la herencia de un Arnoldo Martínez Verdugo o Gilberto Rincón Gallardo. En el MM, sin izquierda definida, no habría los cuestionamientos éticos sobre, por ejemplo, la defensa de las minorías. Y aunque a muchos les cueste admitirlo, el México moderno, el de la industrialización, el de la urbanización, el que propició la aparición de las clases medias, el de la apertura al mundo, es inexplicable sin el PRI, en donde también hubo de todo: hiperrateros e infinidad de servidores públicos probos y comprometidos, profesionistas de primer nivel.

Cómo sería en eso en el MM, pues al ser un movimiento que depende de una sola cabeza con poder permanente sobre la fuerza mayoritaria gobernante, podría cancelarse la circulación de cuadros. Pues el MM se iría definiendo paso a paso, ocurrencia tras ocurrencia. Veremos de qué humor amanece el Gran Líder y de ahí para abajo permearán sus visiones, que no su ideario. Pero dónde demonios quedan las ideologías, esas que tanto criticamos, aquello de la derecha, la izquierda y el centro tenía sus rigideces, es cierto, pero podíamos predecir algo. El mundo de los movimientos —La Liga en Italia unida con las Cinco Estrellas, o Podemos en España, con la millonaria mansión de sus líderes que siempre visten de jeans— es un universo pantanoso, resbaladizo que entierra los idearios y camina montado en las emociones que se expresan en las virulentas redes sociales.

Adiós al PRI, al PAN y al PRD, bienvenidos al siglo XXI, a las elecciones emocionales, Hi, Brexit; Hi, Mr. Trump; hola, Morena. Pensábamos que no había nada peor, pues podemos amanecer en el México Morado. Qué pesadilla.

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