FERNANDO AGUIRRE RAMÍREZ / CARNAVAL BRASILEÑO PARA MADURO #Domingueando @feraguirrermz

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Definitivamente esta semana fue de traspiés para la política exterior de Brasil. En el marco de una visita oficial ofrecida al dictador venezolano, Nicolás Maduro, el presidente brasileño Lula da Silva profirió la peor declaración pública que se le conoce en su vida política y que le será recordada siempre, todo ello al querer lavarle la cara al régimen madurista y asegurar que lo que pasa en ese país es una simple “construcción narrativa”.

La visión lulista asegura que son puros cuentos, por así decirlo, los 7.5 millones de venezolanos que han emigrado y representan un cuarto de la población total de ese país, la violación constante a los derechos humanos, los miles de presos políticos, la militarización a tope, una economía endeble que arrasa miseria y hambruna, la violencia, el narcotráfico y todos los problemas político-sociales que asolan a ese bello país asfixiado por el autoritarismo desde tiempos de Chávez.

 

Sin dudarlo, el piropo o espaldarazo de Lula ha sido objeto de escarnio al interior de Brasil, pero ha hecho mella mundialmente, tan es así que, al día siguiente de la visita oficial, se efectuó una “Cumbre” de los países sudamericanos que parecía más bien el intentar formar un club ideológico con el propósito de buscar la reconciliación con el régimen de Maduro, pero los reclamos no se hicieron esperar de algunos presidentes de derecha, incluso de izquierda.

Para el mandatario chileno, Gabriel Boric, aunque aplaudió el regreso de Venezuela a los espacios multilaterales, expresó, de frente a Nicolás Maduro, su discrepancia con los halagos que le hiciera Lula al considerar que no se podía meter debajo de la alfombra, o hacerse de la vista gorda frente a temas que son de principios importantes, “no es una construcción narrativa, es seria, y he tenido la oportunidad de verla en los ojos y en el dolor, de cientos de miles de venezolanos que hoy en día están en nuestra patria”, afirmó.

Mientras que el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, tampoco se quedó atrás y se dijo “sorprendido” por el comentario del brasileño, “pongámosle el nombre que tiene, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo… Se habla de aprobar una declaración conjunta (en la Cumbre) que habla de democracia, derechos humanos y proteger a las instituciones, pero no todos tenemos el mismo concepto”, haciendo referencia el venezolano.

La Cumbre que Luiz Inácio Lula le había preparado como pasarela a Maduro no llegó a ningún puerto, entre dimes y diretes, la mayoría coincidió, además, que son muchas las organizaciones regionales existentes como UNASUR, Mercosur, CELAC, etcétera y que no han generado cambios sustanciales, y por si fuera poco no sobreviven la agitada alternancia política e ideológica de los países sudamericanos. Vale la pena recuperar el llamado del presidente uruguayo a sus pares, “no perdamos el tiempo que la vida se termina y, aunque algunos crean que no, los gobiernos también”.

De estos agitados días en Brasilia, el que perdió fue Lula y quien salió fortalecido fue Nicolás Maduro, pues mostró que sigue sumando adeptos regionales al echarse a la bolsa al gigante sudamericano, a pesar de que desde enero 2019 casi 60 países le dieron la espalda al objetar la legalidad de las elecciones que parecen mantenerlo en una marcada perpetuidad en la silla de Simón Bolívar. El régimen del dictador goza del viento a favor, ¿hasta cuándo?

ANECDOTARIUM

En la gira por Brasil, la nota también la dio la seguridad privada de Maduro, que agredió a una periodista del medio brasileño O globo, de haber ocurrido en Venezuela seguro ni nos enterábamos, pero se toparon con las benditas redes sociales del país amazónico.