FERNANDO AGUIRRE RAMÍREZ / REFORMA DE PENSIONES, LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS DE MACRON #MartesDeColumnas @feraguirrermz

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA


Si de algo están orgullosos los franceses son de las conquistas laborales adquiridas a lo largo de su historia y que, sin duda, es un sello muy distintivo. No se concibe a una Francia sin pensar en una jornada laboral de 35 horas semanales, diez días festivos y cinco semanas de vacaciones retribuidas por año y, sobre todo, una pensión de jubilación de “ensueño”, a disfrutar a partir de los 62 años.

Desde que llegó al Palacio del Elíseo, Emmanuel Macron no ha cesado en su idea de concretar una reforma de pensiones. Lo intentó a finales de 2019 e inicios de 2020, pero se vio frenado en gran medida por el contexto mundial de la crisis por la pandemia de covid-19 y, posteriormente, por la guerra en Ucrania.

Durante su campaña electoral para reelegirse en 2022, Macron no escondió sus claras intenciones a sus compatriotas y en sus mítines, más de una vez, dejó en claro que iba a buscar a toda costa que la edad legal de jubilación pasará de “62 a 64 años”. Esto responde, no sólo a la creencia macronista de que “hay que trabajar más porque vivimos más”, en verdad los indicadores de organismos internacionales sustentan que la esperanza de vida francesa promedia actualmente entre 82 y 83 años, y de ahí la urgencia del gobierno galo de actuar para aligerar las finanzas de ese país en los próximos años.

Hoy en día, la jubilación francesa está basada en una edad legal a partir de los 62 años, y para obtener una tasa plena está supeditada a los periodos de cotización acreditados, que son de 42 años (168 trimestres). Además, existen 42 “regímenes especiales” de pensiones que van acorde con su oficio o profesión ejercida, ya que, por ejemplo, un albañil, un bailarín de ópera, conductor de tren o un profesor, por mencionar algunos oficios, no se jubilan a la misma edad y más si comenzaron a laborar desde muy jóvenes.

La reforma de pensiones impulsada busca elevar progresivamente la edad legal de jubilación de 62 a 64 años, a razón de tres meses por año aplicables desde el 1º de septiembre de este 2023 hasta 2030. Además, para obtener una pensión “completa”, el periodo de cotización ahora será de 43 años cotizados (172 trimestres) de aquí a 2027, aumentando un trimestre por año, además del fin de los regímenes especiales.

Una vez superados los tiempos de emergencia de covid-19, el presidente francés echó andar su maquinaria para concretar, esta vez, la reforma de pensiones. Nada fácil, cuando si en algo se especializan los franceses es en oponer resistencia a lo que consideran que atenta en detrimento de sus conquistas sociales y laborales, y por ello, desde que se dio a conocer la propuesta a la fecha se han realizado seis jornadas de huelgas y manifestaciones multitudinarias que han aglutinado a diferentes sectores de la población.

En el estire y afloja, la reforma va siguiendo su curso y ya superó la aprobación del senado francés con 201 votos a favor y 115 en contra sobre 345 votantes. Falta que la iniciativa sea consensuada por las dos cámaras del Parlamento, para lo cual tienen un plazo hasta el 26 de marzo, fecha en que tendremos más claro el éxito o fracaso macroniano. Si por la vía democrática no se concreta, el presidente galo podría hacer uso de su facultad decretando la reforma, algo que forzosamente tendrá un alto costo político.

Si echamos un vistazo a los países vecinos de los galos encontraremos que la edad legal de jubilación está cambiando en los últimos años y dista mucho de la belle vie francesa. Está claro que el aumento de la edad legal de jubilación se está tomando muy en serio por otros gobiernos pertenecientes a la Unión Europea y miembros de la OCDE, es una tendencia impopular, aunque implementada con éxito en esta región y, quizás, en unos años más se extienda a otros horizontes.