FERNANDO AGUIRRE RAMÍREZ / UN 2 DE JULIO DE 1915 #Domingueando @feraguirrermz
Por Fernando Aguirre
Amplio cable de Carmen Romero fechado al día de ayer: Papá está cada vez más grave. Ya no reconoce a nadie y pronuncia incoherencias donde se alcanza a distinguir el nombre de su madre, Petrona, y la palabra Oaxaca, que es como una obsesión…
Amada Díaz (Ricardo Orozco, El álbum de Amada Díaz, 2003).
Hoy se cumple un aniversario más de la muerte del general Porfirio Díaz Mori, un personaje de la historia de nuestro país que, sin duda, sigue siendo controvertido y que polariza hasta nuestros días entre quienes reconocen en él a un patriota mexicano en su periodo militar y aprueban su gestión presidencial, y entre quienes lo ven como el gran dictador con más pasajes oscuros que claros.
Por supuesto, en los años recientes, desde el púlpito de la mañanera se continúa reforzando la versión del Porfirio Díaz que nos enseñan los libros de historia posrevolucionarios, y del cual se destacan los vicios y lo peor de su historiografía, de los que, estoy seguro ningún expresidente está exento.
Como cada 2 de julio, la Asociación de Descendientes del General Porfirio Díaz, compuesta por bisnietos, tataranietos, cuadrinietos y hasta bichoznos, realizarán diversas actividades para recordar la memoria del oaxaqueño. La familia no ha cesado en su intento por repatriar los restos del general, sin embargo, bien saben que para darse requiere de una gran voluntad política y los tiempos de la cuarta transformación son los menos favorecedores para ello.
Frente a las opiniones que difieren en que, si debe o no hacerse una repatriación, la postura de la familia sigue siendo de total voluntad para que se traigan los restos de Díaz a México, pero con honores, anteponiendo que es acreedor a ello por su carrera militar y su gestión, en la cual, aseguran, Díaz siempre hizo gala de su honestidad, de entrega, de amor a su patria, de búsqueda de la paz, del orden y progreso.
En la discusión del regreso de los restos de Díaz, algunos partidarios e historiadores apuntan que se debe definir qué “tipo de repatriación” debe de dársele a Porfirio Díaz, ya que ésta puede ser política o militar. La primera generaría suspicacias que existen o pudieran existir en la sociedad actual, mientras que en el caso de una repatriación con honores de carácter militar sería incuestionable por la participación de Díaz como un destacado defensor de la patria en distintas ocasiones y de la soberanía nacional.
En las charlas con los Díaz, además del tema de la repatriación que es su búsqueda constante, salen a relucir las diversas versiones que afirman que los restos del general ya están en México. La familia sostiene firmemente que Porfirio Díaz no fue un sinvergüenza para que sus restos se traigan a escondidas ni mucho menos de forma mutilada y por partes a México, como algunas versiones han insinuado.
Durante la realización de mi documental Porfirio Díaz: Tan lejos de México, tan cerca de los Campos Elíseos, en 2006, acudí a la basílica de la Soledad en Oaxaca animado a investigar las versiones que apuntan que los restos del expresidente ya descansan en ese sitio como él hubiera querido. En ese tiempo su rector, Jesús Gopard, me afirmó que ya se habían hecho investigaciones sobre esa hipótesis en alguna de las criptas de aquel recinto, pero no se encontró dato alguno que confirme dicha existencia.
Por supuesto, los restos continúan en el Cementerio de Montparnasse, visita obligada para cualquier mexicano que radica o visita París. A 107 años de su deceso, ahí esperan que un “estudio más concienzudo y comprobado haga surgir en la conciencia nacional un juicio correcto” hacia la biografía de Porfirio Díaz, se vale porque bien lo merece quien de una forma u otra nos dejó un gran legado en sus más de 30 años gobernando.