HOY EN “PERSONAE”… EL PRIMERO DE LA LISTA
Ramón Zurita Sahagún
Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública de Veracruz fue el primero de una larga lista de funcionarios públicos de esa y otras entidades del país que renunció (o fue renunciado) para que aclare la supuesta inmensa fortuna acumulada al amparo del poder público.
Una y otra vez han sido ventiladas las propiedades que en el país y fuera de él concentró el ya ex
funcionario y su esposa.
Pero al margen de las propiedades a su nombre y de su cónyuge en Estados Unidos, principalmente, Bermúdez Zurita deberá responder por una serie de acusaciones que se la han realizado en su probable complicidad u omisión con los grupos delincuenciales de la entidad.
Veracruz es una de las entidades más asediadas por el crimen organizado, donde las victimas se cuentan por miles, entre los que se destaca el asesinato de quince periodistas, delitos, la mayor parte de ellos, no aclarados.
Con todo y el rechazo de muchos grupos, Bermúdez Zurita se consolidó como uno de los operadores más cercanos del gobernador Javier Duarte de Ochoa, de quien, incluso, se insistía, era su prestanombres.
Hoy renunciado, el ex secretario de Seguridad Pública, deberá aclarar varios de los puntos señalados, ya que no era únicamente su renuncia lo deseado.
Con él, serán otras cabezas las que empiecen a desgranarse del aparato burocrático y político del estado, puntales de la desastrosa administración sexenal de Duarte de Ochoa.
Varios de esos personajes, se encuentran amparados hoy por el fuero constitucional que les otorga ser representantes populares, unos en funciones federales y otros por iniciar sus labores legislativas.
Sin embargo, el gran pez de esta pesca se llama Javier Duarte de Ochoa, cuyos desaguisados y pataleos se multiplican ante los amagos del gobernador electo por cumplimentar su palabra de llevarlo a prisión al término de su mandato.
Hay voces que se alzan, pidiendo la salida del gobernador, al que le quedan poco más de tres meses de mandato, para reorganizar las cosas e iniciar una transición sin mayores problemas.
Duarte de Ochoa se afianza en el gobierno veracruzano, sabedor de que al término de su administración tendrá que responder a diversas denuncias y a una feroz cacería que habrá de efectuar su adversario, el hoy gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares.
Para muchos es tiempo de cambiar a Javier Duarte de Ochoa, para evitar que la situación política continúe tensándose y que la pugna de poder desatada entre el gobernador saliente (Duarte de Ochoa) y del electo (Yunes Linares) deje saldos más lamentables.
Dicen que no es posible tolerar todavía unos meses más lo que consideran como el peor gobierno en la historia del estado.
El gobernador se encuentra en un estado de total indefensión, donde son pocos los que quieren o pueden hacer algo para salvarlo del escarnio público, de la ira de sus gobernados y de las frecuentes denuncias que lo señalan como beneficiario de la gran corrupción sexenal que ahoga a su gobierno.
Lo curioso de esto es que nadie alza la voz para defender su actuación, ni siquiera aquellos que se vieron beneficiados no solamente con cargos públicos, sino con parte de las corruptelas que le son endosadas al propio gobernante.
Ni dentro del gobierno estatal, muchos menos fuera de él, en instancias federales o en las partidistas, no existe uno solo que pretenda el desagravio del gobernante.
Tal vez, los únicos personajes leales que le quedan, son un grupo de diputados federales que llegaron al cargo por su cercanía con el despreciado gobernante y que formaron parte esencial de su administración.
Ellos son los que, tímidamente, han llegado a intentar una débil defensa de su amigo y compañero, al que saben caído y en desgracia.
Todos aquellos beneficiarios de su gobierno se agachan, sumen la cabeza en el suelo y se alejan de su entorno.
No importa el tamaño de la gratitud, de la que antes hacía gala. Hoy, entre más lejos mejor.
Familiares, amigos y supuestos socios de Duarte de Ochoa hacen mutis e intentan marcar su distancia con el todavía gobernador y aquellos personajes que han sido señalados como parte de la gran corruptela y el desastre de un erróneo gobierno.
El descabezadero ya inició y habrá que ver hasta dónde llega.
Se menciona áreas prioritarias y personajes el ex secretario de Educación, Adolfo Mota, el ex Oficial Mayor de la misma dependencia Edgar Spinoso; el ex secretario particular del gobernador y ex dirigente estatal del PRI, Jorge Carvallo, entre otros personajes que hoy se encuentra cubiertos con el fuero legislativo federal.
Otros como Vicente Benítez y Juan Manuel del Castillo, que serán diputados en el Congreso del estado y figuras muy cercanas al círculo estrecho del gobernador Duarte de Ochoa.
Otros como Harry Grappa, secretario de Turismo; Ricardo Sandoval, director administrativo de los Servicios de Salud del estado y otros mandos menores de esa dependencia se encuentran también ubicados como presuntos responsables del saqueo de esa dependencia, donde se acumularon medicamentos caducos que intentaron ser incinerados hace unos días violando todos los preceptos legales.
En Veracruz se insiste en que el gobernador Javier Duarte de Ochoa tendrá que comparecer ante la justicia y que Miguel Ángel Yunes no descansará hasta conseguirlo, pero también que otros personajes lo acompañarán en este ajuste de cuentas y responsabilidades.
Cuatro dependencias se encuentran en la mira del próximo gobierno para ser auditadas prioritariamente: las secretarías de Desarrollo Social, de Salud, Educación y la de Turismo, así como varios de los funcionarios de las mismas.
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