LA COSTUMBRE DEL PODER/ COVID-19 OPORTUNAS CONSECUENCIAS IV/V #JuevesDeMasColumnas @OrtegaGregorio
*Sólo los sobrevivientes de la pandemia testimoniarán la manera en que ésta modificó la relación laboral y, por consecuencia, la vida en el hogar. Después la modificación en los términos que consideramos los absolutos
GREGORIO ORTEGA MOLINA. En pausa la pretensión de controlar el tiempo, modificada la percepción de la alteridad y revisada la relación con los que mandan, la cuarta consecuencia en orden de importancia, es la actividad laboral, incidida ya por la acelerada automatización, el outsourcing y, ahora, las consecuencias económicas de la pandemia.
¿Qué tanto puede crecer el trabajo en casa? ¿Están, los propietarios de las empresas, los directivos y/o directores de las oficinas gubernamentales, mentalmente preparados para dejar de gritar a los subordinados, y radicalmente cambiar las relaciones laborales, quizá con mejores resultados y ahorros?
Resulta que el trabajo en casa también tiene sus inconvenientes económicos, sociales y familiares. Al reducir el número de empleados en las oficinas, se requiere menor espacio, se ahorra en renta, en consumo de energía y agua, y en tiempo de traslados.
Los arrendatarios no querrán perder ingresos… si en las oficinas baja el consumo de agua y luz y café, éste deberá ser absorbido por los hogares, lo que implica una presión adicional al poder adquisitivo de los ingresos, en el supuesto de que la pareja trabaje.
¿Qué ocurrirá en los hogares? Conozco matrimonios en los que la relación de pareja es totalmente distinta a como fue hace medio siglo y más. Los hombres colaboran disciplinada e intensamente en las labores del hogar y el cuidado de los hijos, porque las mujeres también salen a buscar la chuleta y, en no pocas ocasiones, aportan al sostenimiento del hogar cantidades mayores de las que llevan los maridos, pero…
El feminicidio no es un accidente, la violencia intrafamiliar es constante y crece, los espacios de vivienda son, cada día, más reducidos, y en la medida que los hijos crecen, necesitan, como los animales, su propio territorio, para estudiar, construir su proyecto de vida, soñar… y todavía flota sobre las familias mexicanas la sombra de Los hijos de Sánchez, edición que le costó a Arnaldo Orfila su renuncia al FCE.
En respuesta a Georg Carpat Focke, E. M. Cioran, adelantó lo que hoy vivimos.
El hombre representa una aventura increíble. Cuando lo pienso, casi siento vértigo. El hombre es, desde luego, un fenómeno interesante, casi demasiado interesante, pero sumamente amenazado, sumamente frágil. El hombre es víctima de una maldición, no puede subsistir por mucho tiempo más, pues, si lo analizamos más detenidamente, resulta una aberración, notable, desde luego, pero una aberración igualmente, una herejía de la Naturaleza. Tiene una carrera grandiosa tras sí, pero carece ya de porvenir. El hombre va a desaparecer, de la forma que sea, va a desaparecer, ya sea por agotamiento interior -y ya se observa en ciertos sentidos dicho agotamiento- o a consecuencia de una catástrofe, no sé de qué naturaleza. Lejos de mí la idea de jugar a hacer de profeta, pero tengo la sensación y la certidumbre de que el hombre no puede retrasar indefinidamente su desaparición… Creo de verdad que la catástrofe es necesaria, que ha llegado a ser casi indispensable.
Sólo los sobrevivientes de la pandemia testimoniarán la manera en que ésta modificó la relación laboral y, por consecuencia, la vida en el hogar. Después la modificación en los términos que consideramos los absolutos, lo que analizaremos mañana.
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