LA COSTUMBRE DEL PODER/ LA DESTRUCCIÓN DE LA PATRIA Y EL FRACASO COMO REPÚBLICA (I/IV) #MartesDeColumnas @OrtegaGregorio
GREGORIO ORTEGA MOLINA
*”La fuerza de México está en su memoria, su historia y su cultura, en su espíritu y su universalidad, y eso podría permitir el cambio en un mundo que reclama pluralidad. Resolver problemas de memoria resulta clave para situar nuestro reloj en el presente… En este momento, en la agonía de un siglo, de un milenio y de una manera de entender y concebir las cosas, se impone el compromiso de recapitular un modo de ser frente a un porvenir que será, probablemente, más novedoso de lo que nos imaginamos una memoria bien dispuesta nos dará la hora y el día en que hoy estamos viviendo”. Y resulta que nos ofrecen propaganda y no memoria.
Caigo en la cuenta de que como República somos fieles a nuestro origen. Lo deduzco de la meditación a la que me condujo el resultado de la falsificación concebida en El Consejo de Egipto .
Sumo a ella la imagen del príncipe Fabrizio Salina, a quien nada le resultó de acuerdo a sus deseos, y sobre la presencia de la casa del Gatopardo se monta la de la hacienda de la Media Luna, desde donde Pedro Páramo asiste a la demolición de un mundo que a él le pareció idóneo para soñar y vivir.
Mientras trato de ajustar la analogía entre el personaje de Juan Rulfo y el vocabulario de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, ponen en mis manos Historia de México, Ensayo y Memoria , que resulta de necesaria lectura si deseamos buscar una explicación a los motivos y razones del uso del Detente, del pañuelo blanco, de la primera tribuna del país utilizada para servirse de una filosa arma verbal para denostar, difamar, pero sobre todo para dividir a los mexicanos.
Si consideramos que Guillermo Tovar de Teresa -autor del libro arriba referido- falleció un lustro antes de que Andrés Manuel López Obrador se hiciera, en el tercer intento, de la silla del águila, no me queda sino suponer que conoció al ser del mexicano tan bien y profundamente como Samuel Ramos y Octavio Paz. Como ve a través de la historia, resulta comprensible que conozca el futuro, o lo anticipe e intuya.
La deducción parece simple y arriesgada: si la historia de México, su pasado y su edificación de una República con aspiraciones de democracia elevó su andamiaje sobre una mentira, es obvio que todo concluiría en la impostura de un Movimiento de Regeneración Nacional, un supuesto segundo piso, y la impresión de rescatar al breve imperio mexicano, con la dinastía de los López Obrador-López Beltrán.
Advierte Tovar y de Teresa en el proemio de su ensayo: “La fuerza de México está en su memoria, su historia y su cultura, en su espíritu y su universalidad, y eso podría permitir el cambio en un mundo que reclama la pluralidad. Resolver problemas de memoria resulta clave para situar nuestro reloj en el presente.
“…En este momento, en la agonía de un siglo, de un milenio y de una manera de entender y concebir las cosas, se impone el compromiso de recapitular un modo de ser frente a un porvenir que será, probablemente, más novedoso de lo que nos imaginamos. Una memoria bien dispuesta nos dará la hora y el día en que hoy estamos viviendo”.
Y resulta que nos ofrecen propaganda y no memoria.
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